El bloqueiro Paco Jorquera –pronúnciese Llorquera si se utiliza el decir de los telediarios espanhois de los tiempos en los que andaba por el Congreso– y la comunista Yolanda “la Yoli” Díaz profetizaron en su día –semanas antes de las elecciones autonómicas– el advenimiento de la Santísima Dualidad: “La lista de unidad serán dos” y acertaron. El Beneguai concurrió a los comicios por un lado y En Marea, originariamente un espacio multicultural hispano-galaico y ahora sabe Dios qué, por otro. Pero como las cuestiones canónicas son difíciles de entender, una de las dos personas, la mareante, se dividió en otras cuatro – la propia En Marea, Anova, Podemos y EU– y así sigue para la troula del 25 de julio. Villares y su reducida pandilla de amigos se irán al barrio santiagués de Vista Alegre; a cien metros, en el parque de Galera, montarán su romería los irmandiños anovados; los adeptos a los círculos concéntricos se desplazaran hasta Lalín, y los esquerdistas desunidos, a Mugardos. Y todos ellos empeñados en que son la alternativa... como mucho serán la alternativa de unos a otros.