Un año después se encendió una luz en el cerebro

VIAJAR desasna, ¡vaya si desasna! Uno se da cuenta de que la gente habla otras lenguas, tiene otras costumbres, come otras cosas, se viste de otra forma... Por ejemplo, si un catalán huye a Escocia se entera de que hay gente que habla inglés, que toca la gaita, ponen todo tipo de ingredientes en el interior de los pasteles y los hombres llevan falda sin ropa interior. Algo de eso o incluso todo a la vez ha debido ocurrirle a Clara Ponsatí, consejera de Enseñanza con Puigdemont, que vive refugiada en Escocia tras haber pasado por Bélgica. Se le han abierto las entendederas y ha reconocido que la declaración de independencia fue “un brindis al sol, porque todos los que tenían que hacer algo sabían que no harían nada”. Los más triste es que haya tenido que transcurrir un año para que se diese cuenta.

Un año después se encendió una luz en el cerebro

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