Anna Gabriel da el cante

Uno va a Suiza a achantar pasta, a comprar queso, a buscar una vaca morada, a tratar de conseguir chollo –si es gallego– y regresar en el verano con un coche en cuya parte trasera luzca una pegatina con las letras “CH”. En la aldea se crea revuelo y todos se preguntan qué marca de automóviles es esa. Pero ahora hay también quien se va a ese montañoso país a continuar la lucha proletaria... Pues sí, a eso ha ido Anna Gabriel. ¿O tal vez haya ido a poner a prueba su condición de influencer? Porque ella, que fue capaz de instaurar en Cataluña la moda de cortarse el pelo al estilo de las nekanes –uno caminaba por las Ramblas y tenía la impresión de que estaba en una herriko taberna–, lo primero que hizo al llegar a Suiza fue cambiar su hair style. ¡Y menudo cambio! Melena suelta, sin flequillo... Hasta puede pasar por una pija. Pero ese carácter que tiene le impide parecerlo, así que se ha apuntado a la canción protesta y participa en dos canciones del nuevo disco del grupo valenciano Diluvi. Si algún día regresa a la República hasta podrá formar un dúo con Lluís Llach.

Anna Gabriel da el cante

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