EL sector pijo del PP –¡mira que hay que ser pijo para formar parte de ese club!– había quedado desamparado con la marcha de Cayetana Álvarez de Toledo. Tanto desconsuelo conmovió a Andrea Levy, que asumió el papel de musa de los afligidos y, como muestra de su buen corazón, se dedica en cuerpo y alma a levantarles el ánimo y es capaz de acusar del atentado de Berlín a “la civilización del otro lado del Mediterráneo”. Cuspidiña, cuspidiña a su predecesora.