La alternativa para salvar a Alvedro está en Culleredo

LA Xunta lleva tantos años con la teima de la coordinación aeroportuaria como el todopoderoso Caballero, don Abel, con la de torpedear el proyecto, para que Peinador vuele libre –eso sí, al rebufo de Oporto–. A la directora xeral de Turismo, Nava Castro, es a quien le toca turrar ahora en defensa del proyecto y como ya está un poco harta del alcalde de Vigo, ironizó con la posibilidad de empezar a negociar con Nidia Arévalo, la regidora de Mos, municipio en el que se encuentra la terminal olívica. Pues aprovechando que Alvedro está situado en Culleredo podría también abrir negociaciones con Julio Sacristán, porque mientras esté bajo la competencia exclusiva del licenciado en Filología Inglesa Alberto Lema no hay nada que hacer. La mayor ilusión de Lema sería ser concejal, de hecho lo intentó en Vigo antes que en A Coruña, pero una cosa es tener ilusión por algo y otra servir para ello, porque quien a día 12 de enero es capaz de proclamar que en todo el año no hará nada por ampliar la oferta de Alvedro, así como mucho, mucho no parece que sirva.