Algo está cambiando en el palacio de María Pita. Quienes recuerdan aquellos broncos plenos que se producían tras las llegadas de los mareantes al Gobierno asistieron ayer con sorpresa y medio perplejos a la sesión de guante blanco que depararon los concejales a los pocos osados que se atrevieron a soportar las más de seis horas que duró la sesión. No hubo grandes reproches. Y eso que Ferreiro y los suyos recurrieron a los modificativos de crédito, anatema antaño y que ahora se ha convertido en práctica herramienta para intentar sacar adelante los pocos contratos que los concejales son capaces de generar. FOTO: Ferreiro en el pleno del lunes | aep