Abascal se gana a dos enemigos

LA actriz Anabel Alonso jamás sería candidata a la presidencia del club de fans de Santiago Abascal: al revés, le gustaría encabezar el club de odiadores del líder de Vox. Gabriel Rufián no es actor profesional, pero le encantan las representaciones; no, no es un consumidor compulsivo de teatro –bueno, quizá sí, pero no consta en su currículum–, sino que le gusta protagonizar él los espectáculos. Su perfil tampoco es el del jefe de la peña Los voxiferantes; lo mismo que en el caso de Anabel Alonso se ajusta más al del líder de un grupo que se denominase Hagamos callar a los voxiferantes. Sin embargo, una y otro –con más rotundidad ella que él, es verdad– han celebrado la decisión de Vox de no participar en la recepción en el Congreso a la delegación iraní que puso como condición no saludar ni dar la mano a las diputadas. Veremos si dentro de una temporada no se van los dos de picnic a Covadonga con Abascal a zamparse unos bollus preñaus en honor de don Pelayo.

Abascal se gana a dos enemigos

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