Ábalos tampoco cree que hubiese rebelión

A César Luena no lo conocía nadie cuando Pedro “La Sonrisa” Sánchez lo adoptó como perro de presa y lo nombró secretario de Organización. A los dos días, sin embargo, ya lo conocía todo el mundo gracias a su oferta de montar una pasantía para dar clases de democracia interna a todos los partidos. Los críticos teatrales estaban asombrados de sus dotes para la comedia y se lamentaban de que hubiese preferido la política a las tablas. Otro tanto ocurría con José Luis Ábalos, un perfecto desconocido hasta que Sánchez lo puso al frente de la jauría. A partir de entonces inició una brillante carrera, propia de una estrella del canódromo, que culminó con su asombroso amor-desamor con los independentistas. En enero proclamó que con los independentistas “ni a una moción de censura”; ahora, en cambio, como fueron juntos a la moción de censura y más allá, asegura que duda de que hubiese rebelión en Cataluña. A ver si Puigdemont se fugó porque había atracado un banco...