En el debate sobre el bullying se ha puesto el foco sobre los profesores sin que haya una voz racional que recuerde que a los chavales se les educa en casa. El centro escolar debe activar el protocolo e informar a las familias de lo que hacen sus hijos. Hasta ahí. Y cuando pasa esto, la respuesta de los padres no puede ser “son cosas de críos”.
