No es que estemos llamando a las borrascas, pero como ciudad precavida no se inunda –o al menos, su paseo marítimo–, la duna empieza a tomar forma en la playa de Riazor. Lo que para nosotros significa que podemos ir preparándonos para el mal tiempo. El castañero y la duna marcan la llegada del frío. Esto es así desde siempre, diga lo que diga el calendario.
