Será por aquello de dejar atrás el famoso ‘feísmo’ que tanto ha dado que hablar en Galicia, A Coruña pretende ser ejemplo de armonía cromática. Al menos, en lo que a sus terrazas se refiere. Con tres únicos colores: crema, arena –confirmamos que son distintos– y negro. Y de paso, ejercitamos el sentido de la orientación en medio de la uniformidad.
