Sara Arambillet, en el Colegio de Médicos

La Sala de Exposiciones del Colegio Oficial de Médicos de A Coruña ofrece una muestra de Sara Arambillet( A Coruña, 1964), que se ha formado artísticamente en varios talleres, como la Escuela Picasso, el CIEC de Betanzos, la Academie d´Été de Luxemburgo y la Internationale Sommerakademie für bildende Kunst” de Salzburgo, entre otros. Su pasión por el arte (es también profesora de inglés) y la ductilidad de su inspiración y manejo del oficio queda patente en los paisajes, dibujos, collages y gravado expuestos, donde da muestra de un singular sentido del color y de una minuciosa precisión en el dibujo; todo ello adobado por una gracia espontánea y una libertad formal que, a veces, se aproxima a la sencilla naturalidad de lo naïf . 
En sus paisajes de los Oscos de Asturias y de parques de Amsterdam y Londres hace gala de un sentimiento casi animista de la naturaleza,  lo que puede parangonarse con el emocionado sentir de los románticos; predomina en ellos el exuberante verde primaveral que nos hace recordar los versos de Lorca: “Verde que te quiero verde/ verde viento, verdes ramas...”; es el exultante y gozoso verde de la vida en su esplendor, que, a veces, llena el cuadro, como en  el que titula “Vondelpark. Amsterdam”, pero, otras, se enciende con matas del color del fuego o con caminos sembrados de malezas rojizas o se ilumina de amarillos y dorados; entonces consigue llevar a su plenitud las armonías de los contrastes y demuestra claramente que sabe hacer cantar al color. Un cuadro especial, dentro de esta temática, es “El jardín de Monet, Giverny” que se inspira en sus famosos estanques de nenúfares, pero cuya resolución casi puntillista de matas florales, plantas, árboles, ramas y apiñados nenúfares, en una orgía de azules, rosas, verdes, granates... que crean una cerrada espesura, la alejan del impresionismo aéreo de Monet ,a nosotros, no sabemos por qué, nos trae ecos del Aduanero Rousseau. Un capítulo interesante de la muestra es el de los dibujos a tinta:  flores, mariposas, pájaros... donde desenvuelve un meticuloso y cuidado grafismo de puntos, rayados y tramas de milimétrica exactitud que, a veces, dibujan una criatura surrealista como esa dama mariposa de enormes alas y cuyo cuerpo va lleno también de mariposas, o bien alumbran una serie de gozosos pájaros cantores cuyos trinos parecen adivinarse en el aire. 
Hay, pues, en esta artista, sensibilidad a raudales que encuentra su máxima expresión en los collages, con los que hace paráfrasis de sus cuadros de paisaje, la gracia compositiva de los recortes de cartón y la vibración cromática alcanza aquí sus más altas cotas y una indudable e irrepetible originalidad, el paisaje aquí ya no es una reproducción de la realidad,  sino un inventado escenario de fábula por el que flotan libremente, en inéditas configuraciones, hojas, flores, árboles, montañas... o se abren encendidos caminos por misteriosos bosques y lejanías violáceo-rosadas. El color ha poseído a S. Arambillet ¡es pintora!

Sara Arambillet, en el Colegio de Médicos

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