In memoriam Xaime Cabanas

El mismo fatídico día del accidente ferroviario, A Coruña perdía a uno de sus más singulares pintores, Xaime Cabanas (1953).JI Rebelde, polémico, inadaptado, X. Cabanas vivió su vida en las orillas del ser, en la frontera donde advienen los númenes del otro lado y los de este se someten a una continua interrogación. Eso es lo que creemos que fue su vida: una arriesgada y dolorosa pregunta, no siempre regida por la sensatez, una aceptación del límite, el primero de los cuales es el de ser humano.  De estas etopeyas, de estos “retratos morales” de una época tenía mucho que decir, sobre todo al principio de su trayectoria, la pintura de Cabanas que, ante los dislates del mundo, devolvía tanques, cañones y misiles, con la aparente “gracia” del dibujo infantil, como por ejemplo ocurre en su obra “Georgia”, presentada en la colectiva Galicia: Panorama del Arte Moderno, en la 1ª Semana de Galicia en Madrid. “Mito, lenda, abismo: todo iso interesa a Cabanas” , afirma X. Seoane, en el catálogo de su exposición en el Kiosco Alfonso, en 2001. Y, efectivamente, hay en él esa pulsión oscura, que se resuelve con un accidente en 1987, a partir del cual, busca con ansia en las señales del pasado, sigue las rutas megalíticas, se acerca a la Costa da Morte y, como los artífices de nuestras insculturas pétreas, trabaja con signos y esquemas simbólicos. Barcas, escaleras, balanzas, torres, flechas, tridentes, pirámides, pajarillos, calaveras, cruces, corazones y evocaciones rúnicas se yerguen sobre horizontes de lejanía o entre las sombras de espesas noches. Hay entre las obras del 90 una enorme mano blanca que se yergue sobre fondo negro, cada uno de cuyos dedos va signado con una runa; tal vez ahí entre esos signos esté la clave que buscó, el pasadizo secreto para su inquieto espíritu, hoy ya liberado.

In memoriam Xaime Cabanas

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