UGT: DE LA CORRUPCIÓN A LA SECESIÓN

Cándido Méndez ha dejado a la UGT partida en dos, mordida por escandalosos casos de corrupción y en manos de un líder que se alinea con el principal principio del separatismo: el derecho a decidir, o sea, a votar en un territorio y sin contar con el conjunto de España, la secesión del mismo. Por un exiguo 51% Pepe Álvarez, hasta ayer Josep y antaño José, de origen asturiano, secretario general de la UGT catalana desde hace 26 años y liberado desde los 19, se ha aupado al poder máximo en la histórica organización sindical socialista.
Llegan aquí tras unos tiempos sobresaltados. Por doquier estallan los escándalos. En Asturias personificados en la figura emblemática de Fernández Villa, que se llevaba a espuertas los dineros de la manera más procaz, en Madrid, el voceras mayor, el tal Martínez, su jefe regional, pillado en lo de Caja Madrid y las tarjetas black y las sucesivas cúpulas de la central en Andalucía una tras otra caminito del juzgado, metidas en todos los charcos, el de los ERE, el de los cursos de formación o el de su facturación falsa.
Se estaba obligado a la regeneración. Y lo que ha traído el congreso ha sido la división y el encumbrar a un personaje de la más rancia “casta” sindical, a la que se aupó desde su más pronta juventud y de donde nunca se ha movido y, para que no le falte de nada, con el añadido de que su pertenencia al stablisment catalán le ha llevado por la senda de sumisión al nacionalismo hasta asumir sus principios más rancios, que nada tienen que ver ni con el socialismo ni con el sindicalismo. Salió diciendo en su discurso que su elección, por los pelos y tan solo 17 votos de diferencia, probaba que no había catalanofobia. Y claro que no la hay, lo que sí existe por parte de los separatistas es el ataque continuo y el odio a todo lo español y a su Constitución.
El famoso, y así nombrado para camuflar su verdadero significado, “derecho a decidir” es sin más el derecho a la secesión y lo que significa y supone es expropiarnos a los españoles de nuestros derechos soberanos sobre el conjunto de España, de quien forma parte Cataluña. “La soberanía nacional reside en el pueblo español del que emanan los poderes del Estado”. En suma, al frente de la UGT de España, está alguien que es contrario a la Constitución y admite la secesión de sus territorios. Habría que ver qué pensaría de ello aquel tipógrafo llamado Pablo Iglesias, su fundador. Y habrá que ver qué cuerpo se le ha quedado a Nicolás Redondo, el viejo luchador obrero que la dirigió en la clandestinidad antrifranquista y luego en la Transición. ¡Contento debe estar!

UGT: DE LA CORRUPCIÓN A LA SECESIÓN

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