Abanicos en la nieve

En los Goya, para la parafernalia reivindicativa, que este año, a falta de “ceja” o “guerra” se derivó hacia el feminismo, se regalaban abanicos. Más allá de la justa causa, el artilugio no parecía el más apropiado nevando como estaba y con las temperaturas bajo cero. Pero los políticos echaron mano a él como si hiciera un sofoco no fuera a caerles el sambenito de machistas o de cosas aún peores, si es que hay alguna que acercársele pueda al nuevo anatema.
Los abanicos en la nieve son como las encuestas ahora para lo que iremos a votar dentro de no se sabe cuánto tiempo. La primera fecha conjunta queda para la primavera del año que viene, que en política son dos eternidades y media. Pero no hay cosa más entretenida que un sondeo y lo cierto es que lo que se marca en el blanco manto de una nevada o en la arena de una playa es al menos una dirección de las pisadas.
Lo que todas cantan es que Ciudadanos está en el copo más blanco y sin mancha. Las encuestas “privadas”, que hasta le dan en cabeza de carrera, y la “publica” del CIS, que le pronostica una importante subida, coinciden en lo esencial, que va en ascenso y con fuerza. Que esta vez sí que cuaja, vamos. Que no se queda en aguanieve. Que al PP le ha salido un competidor que le disputa la primogenitura. Es de lo que hablamos todos. Algo que no le viene mal a la izquierda, pues si se mira hacia allí resulta que ellos debieran de ser los más preocupados pues el retroceso del conjunto los deja cada vez más lejos de otro campo, aunque en la encuesta del CIS, Podemos ha detenido su caída, el resto de encuestas sigue percibiéndola acelerada.
Ciudadanos vive, pues, su cresta de la ola. Están contentísimos, más aún cuando en Cataluña, la sensación se ha convertido en voto en urna. Una y otra cosa indican que Rivera está acertando en interpretar lo que la sociedad desea y eso es lo que les está diciendo y prometiendo. Ante todo su mensaje contundente de nación y de España. Y cuenta, además, con que su nieve es virgen. Y eso, entre tanto barrizal, es valioso aunque esté por ver cuánto durará el blancor inmaculado en cuanto tenga que meterse en faena y pasar del la prédica al trigo. Por el momento tienen bula. Por ejemplo, ellos pueden poner a caer de un burro a todos, pero consideran una ofensa ser criticados por cualquiera. Tampoco penan por sus contradicciones que les son perdonadas como pecadillos veniales.
Pero esto es ahora, queda mucho hasta la meta y debieran de ir con tiento. Que en algún caso puede empezar el personal a ver que ir siempre de estupendos hacia un lado y al contrario es pretender sorber y soplar al mismo tiempo. Lo digo, por ejemplo, por su yenka con la prisión permanente revisable. Primero en aquella fallida investidura con el PSOE pactaron derogarla, después, tras la de Rajoy permitieron con su abstención, que la proposición de ley del PNV, mirando a los delitos terroristas por cierto, saliera adelante y ahora pretenden ser los más duros cuando ya no habrá remedio y entre el PSOE, Podemos, separatistas y nacionalistas la eliminen del Código Penal sin importarles que el 80% de la población no lo quiera y sin atreverse, para esto ni de coña, a someter tal cuestión a un referéndum.

Abanicos en la nieve

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