Presupuestos con trastienda

Ya entiendo lo que quería decir el secretario de Estado, Alberto Nadal, cuando hace unos días, en la distancia corta, le oí decir que si el Parlamento no aprobaba los Presupuestos Generales del Estado para 2017 no se caería el cielo, aunque la prórroga de los del año anterior perjudicaría a las comunidades autónomas, los funcionarios y las pensiones, que se quedarían sin subidas. Si bien, llegado el caso, también eso tendría arreglo con normas “ad hoc” dictadas sobre la marcha.
Eso decía, sin dejar de reconocer que la no aprobación tendría efectos políticos negativos. Sería perjudicial para la marca España trasladar una impresión de inestabilidad. Pero, eso sí, el Gobierno de Mariano Rajoy se habría ahorrado las tensiones autonómicas que ya han aflorado con la publicación del proyecto.
Con unos presupuestos prorrogados, se habría desactivado el riesgo de desbordar el 3,1 por ciento de déficit pactado con Bruselas para el actual ejercicio. Y la prórroga (aún no del todo descartable) obligaría a respetar el techo de gasto pactado con el PSOE. Eso evita el chalaneo con partidos y comunidades, con la consiguiente presión al alza sobre el gasto.
Visto el proyecto remitido a las Cortes, parece que Moncloa va a tener problemas políticos sobrevenidos con las comunidades autónomas. Que los tenga con Andalucía, Valencia y Asturias, gobernadas por el PSOE, va de suyo. Lo incómodo es tenerlas con dos regiones incondicionales del Partido Popular, como Galicia y Castilla y León, que también se sienten preteridas por el Gobierno en materia de inversiones, con importantes caídas en nombre de la batalla contra el déficit público.
Mientras tanto, en Canarias están encantados, por una cuestión de lógica matemática. Dos diputados canarios, de dos partidos menores a escala nacional (CC y NC) pueden completar el bloque de 176 diputados del Congreso que el Gobierno necesita para que los PGE de 2017 salgan adelante a finales de junio, ya en vísperas de fijar el techo de gasto para 2018. Y además, para tener la fiesta en paz con el PSOE.
Es decir, para asumir que el veto socialista a los Presupuestos es de obligado cumplimiento en pleno proceso de renovación interna (primarias y congreso).
Al tiempo, el PSOE no reniega de su papel de costalero de la estabilidad política y económica del país. Su deseo es que los Presupuestos de 2017 salgan adelante con su voto en contra. Le conviene a su partido y le conviene a España. Lejos de Ferraz, hoy por hoy, la tentación de podemizarse.
De ahí que no vaya a resentirse, sino todo o contrario, la alianza del PSOE con el partido Nueva Canarias, que representa el diputado Quevedo, si éste acaba completando la mayoría que necesita el PP después de obtener el respaldo de los 5 escaños del PNV, los 32 consabidos de Ciudadanos y el ya cantado de Coalición Canaria.

Presupuestos con trastienda

Te puede interesar