EL VEREDICTO

Veredicto implacable. Sin mayorías absolutas. Fragmentación como reflejo de la intensidad de la pluralidad de la sociedad. El ciclo político nuevo irrumpe. Algunos no lo han querido ver. Creyeron que era pasajero. Que pasaría de moda. Pero nada en política es eterno, como nada tampoco lo es efímero. Los partidos tienen que transar, negociar. Se otorga explícitamente una carta de naturaleza a la aritmética poselectoral. Es cuestión de geometrías. De percepciones y de sintomatologías que eran palpables en la calle. Sólo había que escuchar. Prestar atención. Pisarla. Simple y llanamente, escucharla.
Primer mensaje. Ha primado el voto con cierto mensaje de castigo. Lo han pagado en primera persona alcaldes y concejales. La gestión de cuatro años en los ayuntamientos ha tenido su peso, pero probablemente no todo el peso que debería. La gran incógnita es si este voto indisimulado de castigo cesará o no este 24 de mayo o continuará con su ímpetu y arrogancia en noviembre próximo o cuando sean las elecciones.
Segundo mensaje. Cambio. Cambio y giro político en nuestro país. España bascula o como mejor ha hecho siempre, pendula. Movimientos bruscos, nunca suave. Blanco o negro, para indiferencia de un arco iris que hoy es más rico y colorista que nunca en el alicaído paisaje costumbrista de España en los últimos cuarenta años.
Tercer mensaje. Renovación. Si hace unos meses el discurso no era otro que la regeneración, todavía no ultimada, ahora es el de renovarse. Renovarse o morir. Cambio de generación. A gritos. A pasos agigantados. Empezó hace once meses en la jefatura del Estado y ha seguido siendo así en muchas formaciones políticas. No en todas, como tampoco en sectores de la sociedad y corporativos. Pero está llegando.
Cuarto mensaje. Estabilidad versus negociación. Se prescinde de la apariencia de certeza que da un gobierno mayoritario a la incertidumbre momentánea de buscar alianzas, pactos, coaliciones de gobierno. El tiempo lo dirá. El experimento cobra cuerpo.
Quinto mensaje. Se acaba el bipartidismo imperfecto y aplastante que ha protagonizado la vida política y pública en nuestra democracia. Cada voto, cada escaño, cada representación tiene hoy su peso y su poso.
Sexto mensaje. La sociedad es un cuerpo vivo y dinámico. La anestesia y la abulia mental en que se había instalado ha desaparecido. Al menos por el momento. Identificar y alineamiento de la sociedad con la política y los partidos. La fractura conduce a la irrelevancia política.
Séptimo mensaje. No han sido una elecciones más. Estaban enmarcadas con un halo de cierta trascendencia, de cambio, de nuevo ciclo en la forma de hacer política y de ser. Salvando las distancias recuerdan y probablemente así será en la politología y la historia a aquellas de 1931, 1977, las primeras municipales en democracia, abril de 1979, y estas de este domingo.
Octava lección. Lección de democracia. La democracia está viva. Participativa. El ciudadano cree en ella. La siente.

EL VEREDICTO

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