Miriam Cantera, en el CIEC
El Centro Internacional de la Estampa Contemporánea (CIEC) de Betanzos ofrece una muestra de gravados de Miriam Cantera ( Madrid, 1969), licenciada en Bellas Artes por la Universidad Complutense y con una notable trayectoria que le ha valido importantes premios, como el primer Premio de la Trienal Europea de la estampa Contemporánea de Toulouse o el primer premio de la XXVII Edición de Miniprint de Cadaqués; fue también premiada en la II Edición del Premio de Grabado Jesús Núñez de Betanzos Además ha expuesto en Suiza, en Montreal y Canadá, entre otros lugares.
La exposición, compuesta por grabados realizados con las técnicas de litografía y punta seca, lleva por título “Rumbos”, en la cual evoca lugares por los que ella, que es aficionada al montañismo, transita; entre estos están los ibones que son pequeños lagos del Pirineo aragonés. Construye, así, espacios sugerentes y evocadores donde las marcas de la erosión, las grietas, las fracturas y los desprendimientos tienen un importante protagonismo y nos llevan a percibir la impronta constante que las fuerzas y agentes geológicos, como el viento, la lluvia o el agua, van dejando sobre el paisaje. Nos introduce de este modo en ámbitos donde la blanca nieve o el hielo se contraponen a oscuridades atmosféricas y cielos plomizos, creando contrastes de gran efecto plástico.
Así, por ejemplo, las litografías tituladas “Vignemale” y “Petit Vignemale” , donde un cielo negro salpicado de copos se cierne sobre el ondulante suelo nevado; parecidas composiciones son las obras “Alborada” y “Deshielo”, en las que la oscuridad de lo alto hace resaltar la franja de tierra o de suelo nevado. Por el contrario, en “Senda oscura” la franja de tierra es totalmente negra y el cielo aparece surcado por nubosidades en vaivén.
Importante es el uso que hace de grafismos y manchas sueltas que representan plantas o hierbajos que brotan del suelo y que abren un imaginario de las luchas de la madre naturaleza por pervivir. Otras obras, como “Ábrego”, “Ostro” o “Galerna”, realizadas en tonos terrosos, tratan de recoger las tensiones creadas por las ráfagas de viento, a la vez que, por medio de trazos agitados, y curvilíneos, transmiten ese indomable poderío que rodea el mundo que habitamos. En las litografías “Ibones” y “ Bernatuara” representa, por medio de curvilíneos planos azules, los lagos de montaña de los Pirineos aragoneses, con sus tranquilas aguas. La obra “Plomizo”, realizada en tonos pardo-terrosos, nos ofrece otra faz de ese mundo fronterizo donde los senderos se entretejen como un intrincado tapiz, entre un silencio cósmico. Es este silencio, junto con el sentimiento de soledad, otro de los aspectos que Miriam Cantera deja aflorar en sus creaciones y, por medio de ellos, nos transmite un sutil sobrecogimiento, dejándonos orillados de esas sendas y travesías misteriosas o –como el título de la muestra indica– de esos “Rumbos” que nos incitan a ir más allá de lo conocido, para adentrarnos por los vericuetos de lo ignorado, de otros incitadores ámbitos.
