Regina Giménez, en galería Vilaseco
Con el título de ‘O pico, a faldra e o pé’, la galería Vilaseco ofrece una muestra de Regina Giménez (Barcelona, 1966), que cuenta con una notable trayectoria artística y cuyas obras están en importantes colecciones, como el Museo Reina Sofía, el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona; así como de colecciones privadas de Nueva York, Miami o París, entre otras.
Las palabras pico, falda y pie nos evocan la forma de una montaña, pero también nos llevan a pensar en la geometría donde líneas y planos configuran apariencias abstractas. R. Giménez busca establecer encuentros entre los aspectos configurativos y tradicionales del cuadro: forma, color, grafismos, texturas... y las aportaciones de materiales inusuales, como tapas de viejos cuadernos, fieltros, collages y otras.
De este modo, abre un abanico visual novedoso y una serie de relaciones que establecen sugestivos diálogos o nos llevan a ver el género tradicional del paisaje desde una óptica inesperada. Esto es lo que sucede con una gran composición que ocupa toda una pared de la galería y que, configurado por medio de reglas, escuadras y cartabones, ordenados en líneas horizontales y diagonales, nos lleva a cuestionar los condicionantes de nuestro modo de visión.
En la obra “Pensar un paisaje”, compuesta por medio del collages de pequeños fragmentos de papel que pueden recordar un árbol, una montaña y una media luna, entre otros, deja entrever que hay convenciones que se imponen a la hora de poner etiquetas a lo que vemos. Otras dos obras con el mismo título, realizadas sobre soportes de fieltro de 130 x 90, pero conformadas por esquemáticas formas geométricas, nos remiten a la ambigüedad que pueden encerrar nuestros esquemas visuales y también nos lleva a meditar sobre lo que percibimos y sobre nuestras denominaciones. Es el ojo del contemplador el que interpreta lo que ve de un modo emocional y el que pone nombre. R Giménez nos incita a ver de otro modo y a poner en cuestión nuestros paradigmas estéticos y el modo de etiquetar lo que vemos.
El montaje titulado “Geográficos” reúne sobre dos repisas dieciséis pequeñas obras sobre papel en las que juega con grafismos, trazos, líneas, rayados, círculos, planos y collages que sugieren los infinitos posibles y las muchas variantes que se pueden construir con un número finito de elementos.
El arte plástico es una forma de diálogo; es, como la poesía o la música, un modo de aprehender la realidad y de reinterpretarla; es un camino de exploración que nos lleva por necesidad, desde la honduras psicológicas de nuestro ser, no sólo a buscar la belleza, sino todo eso que se nos escapa y que se oculta tras las apariencias; nos muestra, también, que es un constructo del artista, un lenguaje de símbolos del que se sirve todo creador para viajar por las innúmeras incitaciones y todos los posibles e imposibles del gran misterio de la vida y del cosmos. Con el pie en suelo, y a través de las formas que se yerguen en él, el artista se eleva al pico del cielo.