Este Trump...
Nunca la izquierda aceptó la victoria de Trump en las últimas elecciones americanas en las que barrió. Recordamos todos la retahíla de insultos que le dedicaron e incluso algún “visionario” se declaró “Kamalista” el día anterior a las votaciones haciendo valer una encuesta fake según la cual la candidata demócrata arrasaría al republicano. Era una ensoñación y un intento baldío de manipulación al cuerpo electoral americano que lo tenía claro, quería a Trump de presidente y así fue.
Empezó Trump con los aranceles y entonces la letanía izquierdista insistía en que los más perjudicados con esas nuevas tasas eran los americanos, pero todos los países se apresuraron a negociar y Trump se salió con la suya, llegó a decir que muchos países del mundo iban a verlo para “besarle el culo” y, otra vez, así fue. La España de Pedro Sánchez se destacó por su dureza en los ataques al nuevo presidente y este, sin duda, tomó nota. Hoy España es irrelevante para los Estados Unidos, pero, eso sí, mantenemos excelentes relaciones con Venezuela y otros países de más que dudosa moralidad democrática. También Sánchez cabreó a Argelia, con aquello nunca explicado del Sahara en favor de Marruecos, pero a cambio se ganó las felicitaciones reiteradas de Hamas, grupo terrorista palestino.
Podríamos seguir con esta relación de desastres “sanchistas” en las relaciones internacionales, pero la verdad es que medio mundo nos ignora, España se ha convertido en irrelevante de la mano de nuestro presidente. La última es la sugerencia de Trump de expulsarnos de la OTAN, ¡era lo que nos faltaba! Sánchez no quiere pagar nuestra defensa y pretende que nos la paguen otros y claro, Trump dice que no es el primo de Zumosol y que ya ha pagado mucho y dice verdad.
La mayor aportación histórica a la defensa europea ha sido americana, por lo que no parece buena idea dedicarte a insultar a quien garantiza tu propia seguridad. Pero desde hace dos años lo que ocupa y preocupa a todo el mundo es la masacre de la Franja de Gaza y para esto Sánchez también tenía remedio: animar a boicotear la Vuelta ciclista a España, retirarnos de Eurovisión y patrocinar una “flotilla” de activistas pro Hamas.
Boicotear la Vuelta fue una soberana idiotez que proclamo por todo el mundo que España no es un país seguro para la celebración de grandes eventos. La chorrada de Eurovisión debió de causar un gran efecto en Netanyahu, creo que no durmió aquella noche, pero, es que además era una gran mentira. Hoy mismo se están celebrando los castings para el Benidorm Fest, que es el festival de donde sale el artista que representará a España en la próxima edición del euro festival. Y lo de la flotilla de activistas VIP ya es de aurora boreal. Con etarras a bordo y una perroflauta pija surcaron los mares en una divertida travesía a juzgar por las imágenes que todos pudimos ver.
Para estos movilizó Sánchez un barco de la Armada española y pagó un avión para traerlos de vuelta todo, por supuesto, con nuestros impuestos. Todos estos movimientos no sirvieron para nada. Pero llegó Trump y puso un plan de paz que ha triunfado. Algo que ni la Unión Europea ni nadie había intentado. La izquierda resentida y rencorosa se apresuró a criticar el plan que sí tiene el apoyo de los países árabes y de todo el mundo menos de… ¡España! Ahí está la Yolanda Díaz poniendo a parir de nuevo a Trump y denostando el único plan que ha conseguido que dejen de morir niños gazatíes. Este año no le dieron el Nobel, pero si todo sale bien, ojalá, el año que viene vendrá a recogerlo.