Betanzos entra en exclusiva en Illobre: “Este tipo de ideas mantienen viva la memoria”
Elena Carro, técnico de Turismo, será la guía de la primera visita al pazo

Una oportunidad única para conocer la iniciativa Solidarity Gardens de la Fundación Condado de Taboada. Una visita exclusiva al Pazo de Illobre, una construcción cinco veces centenaria con excelentes vistas de la ciudad que el día 30 de octubre abrirá de manera excepcional para Turismo de Betanzos. Esta novedosa actividad y la consolidación del municipio como uno de los más atractivos de la variante Ferrol-Compostela del Camiño Inglés son dos de las cuestiones a las que apunta Elena Carro, técnico de Turismo del Ayuntamiento de Betanzos.
‘Tras os Muros do Pazo: Xardíns que Espertan’ es el título escogido para un itinerario nunca antes explorado que “invita a descubrir la historia y el valor patrimonial de este singular espacio, al tiempo que presenta el proyecto Solidarity Gardens, promovido por la Fundación Condado de Taboada”, explica Carro.
Esta organización, constituida hace más de un decenio en cumplimiento de la última voluntad de Amelia González de la Maza, que residió en Illobre hasta su muerte en 2013, a los 99 años de edad, es la actual titular del inmueble, del siglo XVI. La Solidarity Gardens, que comenzó a operar en el municipio hace casi un año, es una iniciativa que combina cultura, naturaleza e inclusión social, transformando vergeles históricos en espacios vivos, sostenibles y abiertos a la comunidad, en la que sus voluntarios se integran sin artificiosidad, como evidenciaron este verano implicándose en la Feira Franca Medieval de Betanzos o en la elevación del Globo de San Roque. También en las relaciones sociales establecidas con alumnos del CIEC que, como ellos, aportan riqueza cultural a Betanzos. “En algunos casos, comparten orígenes, incluso en África o en Asia”.
Ahora, como muestra del estrecho vínculo creado con la capital de As Mariñas, abren Illobre a 25 ciudadanos a los que, en una acción inusual, enseñarán 500 años de historia, espacios interiores y exteriores de la casa en la que nació uno de sus vecinos más ilustres: Francisco Aguiar y Seijas (Betanzos, 1632). “Ellos allí tienen su vida, están trabajando, pero quisieron compartir su historia con el público”, comenta Elena Carro.
El Pazo de Illobre no solo conserva arquitectura y tradición, sino que también atesora anécdotas vivas de quienes lo habitaron, especialmente de sus últimos moradores, a los que los residentes todavía recuerdan: Leopoldo González de la Maza, conocido por su enorme apego al entorno, y su hermana Amelia. “Los vecinos cuentan muchas escenas vividas con ellos, en A Angustia, en Santa María de Castro”. En algunos aspectos, aquello era un microcosmos del Betanzos de otra época alrededor del Pazo de Illobre.
“Hay otros pazos en la zona, como el de Piadela, que aún conserva su arquitectura original, o los de Tiobre”, advierte Elena Carro. Incluso antiguas casonas, cuyo recuerdo se disuelve en la memoria de Betanzos. También los restos de una torre, que la ciudad “se disputa” con Abegondo. “Muchas de esas construcciones han desaparecido o se transformaron, pero aún quedan rincones que sorprenden por su conservación y su historia”, añade la técnico de Turismo.
Con iniciativas como la visita a la residencia rural de los Taboada en Illobre –tienen otra, en el casco urbano, y ambos “se miran”, dice la entrevistada– o la consolidación del Camino Inglés, Betanzos refuerza su posición como enclave cultural y turístico del Golfo Ártabro. Pero, más allá de las cifras, lo que emerge es una conexión emocional con la tierra: “Este tipo de proyectos que mantienen viva la memoria”, concluye la guía, que insiste en que los visitantes aprecian que “aquí, entre los pazos, los caminos y las historias de toda la vida, todavía se respira lo que fuimos”, sentencia Elena Carro.


