Isabel Preysler se prejubila y cede protagonismo en sus negocios de imagen a sus hijas. Tamara Falcó, de 30 años, puede cobrar 20.000 euros por amadrinar una marca. Si va tres horas a una fiesta, su trabajo se paga a 110 euros el minuto. Ana Boyer, de 23 años, aún no tiene un caché tan alto. Ya tiene experiencia como imagen de varias firmas, y ahora, tras terminar sus estudios de Derecho, se espera que tenga más presencia en la vida nocturna de la jet madrileña.