Selena Gomez y Justin Timberlake fueron víctimas de una broma telefónica en la que un anónimo llamó a la policía para alertar de que en casa del cantante habían entrado dos intrusos que dejaron un maletín negro en el que se podía apreciar una luz roja parpadeando. Dos horas después, una persona no identificada aún por la policía llamó al servicio de urgencias informando de que el padre de Selena había disparado y matado a su madre, y planeaba incendiar la casa.