Reportaje | Cuarenta años siguiendo la filosofía del “traje”

Posiblemente la tarde del 26 de enero de 1978, los pequeños de Oza agradecieron tener un local donde jugar y aprender gracias a que un vecino se lo cedió para el disfrute. Así nació la asociación cultural Tanxedoira por un acto de solidaridad al que se sumaron otros muchos porque el colectivo está en pie 40 años después gracias a personas que, sin ánimo de lucro, comparten sus conocimientos sin más recompensa que la satisfacción de ver cómo al final de curso un niño toca un tema a la guitarra o un mayor interpreta un papel.

Y es que aquí pequeños y mayores le sacan punta a sus aficiones. Cuenta la presidenta Leticia Riestra que el colectivo pasó de Oza al Liceo de Monelos. De ahí, se fueron al mercado antiguo de Elviña hasta que con la reforma, les dieron cobijo en el Barrio de las Flores, donde llevan siete años.

Desde que empezaron, Tanxedoira no cobra por ninguna actividad. Una cuota de 30 euros por familia al año les da acceso a clases que van desde bolillos a informática, pasando por coro, rondalla, fútbol, acordeón o pandereta. Pero como no solo de clases vive el socio, la asociación se hace más asociación cuando toca ir a actuar a un geriátrico, se toman una chocolatada en navidades o se organiza una comida y se ponen el “traje”, esto, es, “yo traje tortilla, yo traje vino...” y entre todos, le ponen a un sábado una buena sobremesa.

En la actualidad, las cerca de 120 familias afiliadas le siguen dando cuerda a la filosofía inicial. Para celebrar los 40 años organizarán en diciembre un concierto de corales en la Orden Tercera. En febrero, le tocará a las rondallas y mayo se adornará de teatro amateur en Salesianos con un acto central en junio en el Ágora, donde colaborarán otras entidades como Canticorum o Carlos Seijo. Ese día también se proyectará un documental en el que volverán a aquel 26 de enero para recordar lo importante que son los pequeños gestos.