Los proyectos de la Xunta siguen a la espera del fin del bloqueo de la Marea

Los proyectos de la Xunta siguen a la espera del fin del bloqueo de la Marea
La construcción de un centro de salud junto al mercado de Santa Lucía es uno de los frentes abiertos entre las adminsitraciones | javier alborés

La Xunta tiene pendientes varios proyectos en la ciudad cuya puesta en marcha está siendo retrasada desde hace meses por el bloqueo del Gobierno local por medio de trabas administrativas o propuestas inadecuadas.

Uno de los principales puntos de desencuentro entre ambas partes es el centro de salud de Santa Lucía. Las negociaciones llevan encalladas desde hace mucho tiempo sin que se vislumbre un posible acuerdo. La Xunta requiere que el ambulatorio se ubique en el espacio dónde se encuentra el mercado y en una sola planta, siempre unido a la reforma de la plaza de abastos, mientras que el Ayuntamiento propuso una distribución vertical, de siete plantas, que Sanidade considera que no se ajusta a las necesidades del Sergas para este tipo de infraestructuras. El Gobierno local planteó como alternativa llevar el centro de salud al Paseo de los Puentes, algo que fue rechazado por la Consellería de Sanidade y también por los vecinos.

Desde hace meses no hay reuniones sobre este tema y los habitantes de A Falperra comienzan a desesperarse ante la postura de la Marea, por lo que en varias ocasiones se llevaron mociones al pleno sobre ello. Las últimas fueron hace una semana, presentadas por el PSOE y el PP tras consensuarlas con los vecinos, y salieron aprobadas. Aunque no eran idénticas, el fondo era el mismo: que se retomen las negociaciones para avanzar en este proyecto, cuya ubicación entienden que debe ser en Santa Lucía.

Otro frente abierto es el de la Fábrica de Tabacos, espacio que acogerá la nueva sede de la Audiencia Provincial y que fue inaugurado hace mes y medio aunque todavía no funciona. En las últimas semanas, la Xunta reclamó al Consistorio mayor agilidad en la tramitación de las licencias de primera ocupación, necesarias para hacer el traslado definitivo y que comience a operar.

Las quejas del delgado territorial, Ovidio Rodeiro, se centraron en que el Ayuntamiento utiliza canales inapropiados como el correo ordinario para solicitar documentación, lo que retrasa los trámites. Además, lamentó que se pidiese a la Xunta el pago de unas tasas ya abonadas hace tres años y esta misma semana se pagaron 2.410,55 euros por una tasa con la que consideran que ya no habría más motivos para dilatar la licencia de primera ocupación.

Los autobuses metropolitanos
El Plan de Accesibilidade del Transporte Metropolitano al centro de la ciudad también está a la espera de que la Marea complete algunos trámites. En primer lugar, la Xunta aguarda por una contestación a su contrapropuesta sobre la Comisión de Seguimento que controlará el plan.
El Ayuntamiento quería asumir la presidencia del órgano y que se informase a la Mesa de Alcaldes del área metropolitana, cuestiones rechazadas por la Xunta, que además destacó que otra comisión, la del desarrollo del transporte metropolitano en el área coruñesa será la encargada de tomar decisiones. La Marea pidió de plazo hasta el pasado 28 de abril para dar una respuesta, pero todavía no se produjo. Además, Infraestrutras espera desde hace más de un mes los permisos para adecuar las paradas .

El rechazo del Gobierno local al Programa de Vivendas Baleiras también provoca diferencias entre las administraciones. La razón esgrimida fue que si se uniese se vería afectada la agilidad en la gestión de los inmuebles, aunque ciudades gobernadas por las Mareas como Ferrol o Santiago lo hicieron. Esta negativa molestó más en la Xunta al conocer que el Ayuntamiento presentó entre sus medidas la promoción de alquileres sociales, en la línea misma línea que Vivendas Baleiras. No entienden que la ciudad destine fondos a ello cuando podrían incorporarse a su iniciativa.

Finalmente, un asunto resuelto es el de la estación intermodal, cuyo acuerdo también se vio retrasado por la intransigencia del Consistorio en las negociaciones con la Xunta y el ADIF. El punto de fricción fue el aparcamiento que se construirá, que finalmente correrá a cargo del Ayuntamiento a cambio de su gestión durante un período de entre 15 y 20 años y la cesión de 70 plazas.

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