Primera juez hispana en Supremo EEUU recuerda la adversidad en sus memorias

Primera juez hispana en Supremo EEUU recuerda la adversidad en sus memorias
mcx01 washington (estados unidos), 14.07.09.- la jueza sonia sotomayor, aspirante a ocupar la vacante en el tribunal supremo de estados unidos, durante la segunda jornada de su audiencia de confirmación en el senado, en washington, estados unidos,

Sonia Sotomayor, la primera juez hispana en el Tribunal Supremo de EEUU, recuerda en un libro de memorias las dificultades que marcaron su infancia y su carrera profesional y que le ayudaron a forjar "fortalezas insospechadas".

El libro, titulado "My Beloved World" ("Mi mundo adorado") y que aparecerá el martes en las librerías, revive la sensación de Sotomayor cuando entró a la Universidad de Princeton por la "puerta especial" de una beca destinada a equilibrar el número de estudiantes pertenecientes a minorías.

"Me sentía como un extraterrestre aterrizando en un universo diferente", dijo en una entrevista que hoy publicó The New York Times.

La juez de 58 años, que hizo historia al ser nombrada en 2009 por el presidente Barack Obama como una de los nueve magistrados del Supremo, escribe en sus memorias que en sus años en Princeton, y más tarde en Yale, estuvo rodeada de "buitres preparados para lanzarse" sobre ella "cuando cayera".

Pero ella siempre defendió el programa, que abrió puertas a hispanos y negros a un tipo de educación con el que no se atrevían a soñar.

Las memorias de Sotomayor, publicadas tanto en inglés y español, apenas incluyen referencias a su trabajo en el Supremo, ya que concluyen con su llegada al tribunal federal del Distrito de Manhattan (Nueva York), en 1992.

La juez dedica casi la mitad del libro a describir su infancia en el seno de una familia puertorriqueña en el barrio neoyorquino del Bronx.

Sotomayor tenía ocho años cuando le diagnosticaron diabetes y tuvo que aprender a ponerse sola las inyecciones de insulina, porque a su padre, que murió de alcoholismo un año después, le temblaban demasiado las manos.

La magistrada define su infancia como "un estado de constante tensión salpicado de discordia explosiva a causa del alcoholismo de mi padre y la correspondiente reacción de mi madre, ya fuera la lucha familiar o la huida emocional".

"Podemos sacar provecho de la adversidad (...) las dificultades pueden forjar fortalezas insospechadas", escribe, mientras recuerda cómo empezó a leer libros en inglés por su cuenta.

La juez también recoge sus fracasos, como su divorcio en 1983 y la decepción que sintió cuando, después de unas prácticas en un bufete de abogados, fue la única becaria que no fue contratada a tiempo completo.

"Si escribo un libro sólo sobre el éxito que he tenido, la gente no va a aprender nada positivo sobre él. Si soy honesta, tengo que reconocer mis propios errores, tanto en mi matrimonio como en mi entorno de trabajo", señaló Sotomayor al Times.

 

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