La planta de compostaje industrial de Sogama, una apuesta de futuro para el reciclaje de materia orgánica

La planta de compostaje industrial de Sogama, una apuesta de futuro para el reciclaje de materia orgánica
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El pasado 9 de febrero, la conselleira de Medio Ambiente e Ordenación do Territorio, Beatriz Mato, acompañada por el presidente de Sogama, Javier Domínguez, realizó una visita a la planta de compostaje que la empresa pública ha construido en el vertedero de residuos no peligrosos de Areosa (Cerceda- A Coruña) a fin de comprobar sus características técnicas y operativa industrial. 
A la cita asistieron quince alcaldes, así como concejales y técnicos de ayuntamientos próximos interesados en utilizar los servicios de esta instalación cuyo principal cometido es, precisamente, poner en valor la materia orgánica producida en los hogares y convertirla en un  abono natural.
La planta, con una capacidad para tratar 15.000 toneladas de residuos anuales y a la que se ha destinado una inversión total de 2,5 millones de euros, constituye todo un ejemplo de economía circular, siendo su cometido el de cerrar el círculo de aprovechamiento de los residuos orgánicos recogidos selectivamente en los municipios que decidan utilizar los servicios de la instalación, contribuyendo de esta forma a incrementar las tasas de reciclaje en Galicia.

1 Adhesiones con garantías
Los entes locales ya conocen las condiciones de adhesión a esta infraestructura. No en vano, fueron publicadas el pasado mes de enero en el Diario Oficial de Galicia a fin de que las corporaciones pudiesen evaluar todos los pormenores y tomasen una decisión informada al respecto. 
Algunos ya han manifestado su interés en torno a una iniciativa que, por encima de todo, pretende devolver a la tierra lo que es de la tierra, pero con un trabajo previo de tratamiento eficiente a fin de que el abono resultante cumpla con todos los requisitos de calidad establecidos por la normativa vigente y pueda ser aplicado en la agricultura sin limitaciones ni restricciones.
De acuerdo con el principio de proximidad, la instalación está pensada para atender a los municipios más cercanos, a una distancia no superior a los 45 kilómetros, debiendo estos encargarse de la logística, transporte y organización de la recogida, que variará ligeramente al introducir en las vías públicas un quinto contenedor, de color marrón, que estará destinado a acoger, única y exclusivamente materia orgánica de origen doméstico, esto es, restos de alimentos, papel de cocina usado y servilletas de papel, posos de café y bolsitas de infusiones, restos de plantas, flores y pequeños restos de poda y huertas, cáscaras de huevo, etc.
No obstante, y a fin de garantizar la producción de un compost de calidad (en torno a 3.000-4.000 toneladas al año), la fracción orgánica entregada por los ayuntamientos, conocida como FORSU, no podrá albergar más del 15% de impropios, o, lo que es lo mismo, desechos que no formen parte de esta categoría (es el caso de plásticos, textil, vidrio, etc). De darse tal circunstancia, que en todo caso podría comprometer el rendimiento de la instalación, la facturación de las toneladas de residuos entregadas por el ayuntamiento en cuestión se haría en concepto de bolsa negra o fracción resto (69 euros por tonelada + IVA) y no en concepto de FORSU, para la que regirá un importe de 45 euros por tonelada + IVA.
El período de adhesión a la planta de compostaje, que se encuentra ubicada en el vertedero de residuos no peligrosos de Areosa (Cerceda) será de cinco años, pudiendo verse prorrogado por las partes de común acuerdo.

2 Modus operandi
Una vez que la fracción orgánica ha sido recepcionada en la planta de compostaje, se somete a una primera fase de pretratamiento en la que se separan mecánicamente aquellos materiales que, por error, hayan sido depositados en el contenedor marrón (metales, plásticos, vidrio, etc) a disposición de los ciudadanos. 
A continuación, los restos orgánicos se introducen en tres trincheras de compostaje en las que, bajo condiciones adecuadas de oxígeno y temperatura, y durante un período de alrededor de unas siete semanas, se acelera su proceso de fermentación, obteniendo el que se denomina “pre-compost”, que es trasladado al interior de la nave de compostaje, disponiéndose en pilas y volteándose periódicamente para favorecer la aireación de la masa de residuos.
El afino de éste tiene lugar en la siguiente etapa, donde son retiradas las impurezas, obteniendo tres tipos de productos: el rechazo, que no es compost y que se valorizará material o energéticamente; el compost de nivel 1, con estructura gruesa; y el compost de nivel óptimo, con estructura fina, utilizando ambos como enmienda orgánica con interesantes propiedades para la protección de suelos agrícolas, siendo un magnífico sustituto de los fertilizantes artificiales.

3 Compostaje por triple partida
La puesta en marcha de esta instalación culmina una iniciativa más amplia de recuperación de la materia orgánica que Sogama comenzó años atrás con su programa de compostaje doméstico, al que se han adscrito un total de 233 entidades de toda Galicia (143 ayuntamientos, 78 centros educativos y 12 colectivos sociales), habiendo repartido entre las mismas cerca de 7.700 compostadores (de alrededor de 350 litros de capacidad y fabricados con materiales reciclados y reciclables) y que recientemente tuvo continuidad con un proyecto experimental de vermicompostaje –protagonizado por lombrices de tierra que ingieren la materia orgánica y la excretan en forma de humus–, del que forman parte tres ayuntamientos, dos centros educativos y un colectivo social.
Se trata, en todo caso, de un ambicioso proyecto en el que la empresa pública invierte numerosos recursos, tanto materiales como didácticos, impartiendo igualmente cursos de formación presencial en las distintas modalidades de compostaje, que destina a los vecinos participantes, y editando  manuales de apoyo a fin de que los resultados sean exitosos, lo que se traduce en un abono de alta calidad, extremo certificado en su momento por la Universidad de Santiago de Compostela (Campus de Lugo) a través del análisis científico de muestras aleatorias de compost.
Una labor divulgativa a la que Sogama seguirá contribuyendo en el marco de la puesta en marcha de su planta de compostaje, respaldando y ayudando en el ámbito de la concienciación ciudadana a los ayuntamientos que utilicen sus servicios.
Tal y como manifestó en su momento el presidente de la Sociedad, Javier Domínguez Lino, “esta planta, en la que hemos puesto mucha ilusión, reforzará el reciclaje de la materia orgánica en Galicia”,  a lo que el dirigente añadió que “la labor de Sogama constituye un claro paradigma de integración de las distintas fases que aglutinan la jerarquía de gestión de residuos, y que da comienzo con la prevención y la reducción, continúa con la preparación para la reutilización, el reciclaje y la valorización material y/o energética de la fracción no reciclable, relegando el vertido a último lugar por su negativo impacto sobre el medio ambiente y la salud”. 
El presidente de Sogama sostiene que “con esta instalación hemos demostrado que la complementariedad de sistemas es posible y que la combinación de todos ellos, acorde con las características y particularidades de cada área geográfica y de población, constituye el mejor antídoto para hacer frente a la problemática que los desechos representan en las sociedades modernas, dándoles una correcta gestión”.

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