Nepal, el último refugio para los homosexuales del Sur de Asia

Nepal, el último refugio para los homosexuales del Sur de Asia
Juegos deportivos para homosexuales en el subcontinente, celebrados en Nepal el año pasado. EFE/Archivo

La decisión de la India de volver a penalizar las relaciones entre personas del mismo sexo convierte a Nepal en el único país del sur de Asia donde los homosexuales gozan de los mismos derechos que el resto de ciudadanos.

Desde que en 2007 el Tribunal Supremo reconoció la existencia del "tercer sexo" -en el que incluyó, además de a los transexuales, a los gays y a las lesbianas- el país del Himalaya se ha lanzado a aprobar medidas que garanticen los derechos de esas minorías.

"El tribunal dictaminó que la homosexualidad no es un comportamiento fingido, sino que se trata de un fenómeno natural en el cuerpo de una persona", explicó a Efe Hari Phuyal, el abogado que lideró ante la justicia nepalí la lucha por los homosexuales.

"Así se reconoció -añadió el letrado- que la orientación sexual de una persona es algo similar a poseer o no una discapacidad física, por lo que el Estado debe respetar y proteger los derechos de las minorías sexuales".

Nepal fue el primer país en legalizar la homosexualidad en el sur de Asia, al que en 2009 le siguió la India, cuando el Tribunal Superior de Nueva Delhi despenalizó las relaciones homosexuales, pero el mes pasado esa misma corte decidió revocar el veredicto.

Según Phuyal, las cortes nepalíes basaron su decisión en que el país del Himalaya es uno de los firmantes del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (ICCPR), en el que "implícitamente" son reconocidas las personas con una orientación sexual diferente.

El exparlamentario y rostro del activismo de la comunidad LGTB (Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales) en Nepal, Sunil Babu Pant, aseguró a Efe que una de las claves del progresismo nepalí es que nunca ha tenido leyes contra la sodomía.

Esas leyes fueron impuestas en los países de la región que fueron colonizados por los británicos, algo que no sucedió en Nepal.

El artículo 377 del Código Penal de países como Bangladesh, la India, Pakistán o las islas Maldivas -y que fue impuesto por los británicos en el siglo XIX-, penalizan los actos "antinatura" con penas que van desde los pocos años de prisión a la cadena perpetua.

Otros países sudasiáticos como Bután o Sri Lanka basan sus leyes contra los homosexuales en ese artículo, mientras que en Afganistán el Código Penal, de 1976, considera las relaciones entre personas del mismo sexo como un crimen que puede conllevar la pena de muerte.

Para el activista nepalí, la decisión tomada por el Tribunal Supremo indio de penalizar de nuevo las relaciones homosexuales se basó en "valores conservadores", mientras que el Tribunal Superior de Nueva Delhi fundamentó su sentencia en "los derechos humanos".

Entre los avances logrados por la comunidad LGTB en Nepal desde el histórico veredicto en 2007, destaca el reconocimiento en el documento oficial de identidad nepalí a las personas del "tercer sexo" que no se consideren así mismas hombres ni mujeres.

Gracias a ese documento, 155 votantes se identificaron a través de la casilla del "tercer sexo" durante la elecciones generales del pasado noviembre en Nepal, según datos de la Comisión Electoral.

Además, como recordó Phuyal, el Gobierno ha creado un comité de siete miembros para que busquen el modo de legalizar cuanto antes el matrimonio entre personas del mismo sexo.

La discriminación social, sin embargo, continúa siendo punzante en Nepal, y los activistas esperan que la sociedad evolucione del mismo modo que lo ha hecho la ley.

"Las leyes no son suficientes. La sociedad también debe tratar a las minorías sexuales con respeto, pues la discriminación continúa", sentenció la activista transexual Bhumika Shrestha, que aseguró que el único modo de lograrlo es "concienciar" a la población. Manesh Shrestha

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