Miguel Bosé abre los "ojos, oídos y piernas" de Madrid con su "Papitwo"

Miguel Bosé abre los "ojos, oídos y piernas" de Madrid con su "Papitwo"
El cantante Miguel Bosé ha ofrecido en Madrid un concierto dentro de su gira "Papitwo". EFE/Archivo

 Pablo Alborán, Ana Torroja y Bimba Bosé han sido las grandes sorpresas añadidas al de por sí generoso y colorido espectáculo de dos horas largas que Miguel Bosé ha ofrecido hoy en Madrid dentro de su gira "Papitwo", un show para cuyo disfrute -como él mismo ha aconsejado- convenía abrir bien "ojos, oídos y piernas".

Su público, que sigue siendo mayoritariamente femenino y fiel hasta la médula, por lo que ha agotado prácticamente todas las entradas, le ha hecho caso y su entusiasmo ha impregnado este concierto de éxitos dominado por un gran despliegue musical y visual, en el que se han alternado las rachas más vivas con los momentos más intensos y el pasado más reciente con el más remoto.

"Buenas noches y buenas van a ser", ha pronosticado el cantante al inicio de esta velada en el "templo" del Palacio de los Deportes para "celebrar" 35 años de carrera que ha agradecido a su más "leal equipo", sus seguidores, que vivieron con tal fruición el primer episodio de esta conmemoración, "Papito" (2007), que hicieron imposible no tratar de repetir la gesta en tiempos de crisis.

Aunque Bosé justifique que "Papitwo" suena más lento porque la mayor parte de su producción son medios tiempos y baladas, lo cierto es que el ritmo instaurado en el repertorio de este show pocas veces se permite un renuncio, como en el vivo arranque compuesto por "Mirarte", "Duende" y "Nena".

Incluso en las baladas las sofisticadas proyecciones y juegos de luces ideados por Alan Corthout contribuyen a intensificar una música que se expande y se propaga hasta ocupar todo el recinto, como sucede con "Olvídame tú", "Sevilla" o "Nada particular".

En la retina se graban momentos de gran belleza estética, como la cascada de luz sólida que atraviesan Bosé y su equipo de músicos en "Aire soy", mostrando además un sentido teatral del movimiento y del espacio que trata de aprovechar y abarcar todo el escenario.

Este segundo capítulo de conmemoración musical que es "Papitwo", viaja incluso más atrás en el tiempo y abre un capítulo especialmente pensado para los "supervivientes" de sus primeros días de carrera, antes de su reinvención con "Bandido" (1984).

Es entonces cuando, con todo el equipo sentado en una bancada, recuerda esa época en la que hacía "música para chicas", con "Linda", "Te Diré", "Morir De Amor" e incluso "Don Diablo", que se convierte en uno de los momentos más resultones del show, ya sea por nostalgia o por el punto lúdico.

Queda tiempo para la reivindicación de "Partisano" ("una historia de guerra que yo, como hombre de paz, no puedo dejar de subrayar", ha dicho) y para fugaces estallidos electrónicos, como en "Sol forastero" o la pseudoapocalíptica "Gulliver".

Y en todo ello, claro, no pueden faltar los dúos, la sal de los dos "Papitos", que esta noche se han materializado sobre las tablas gracias a Pablo Alborán, que ha interpretado "Puede que" (incluido en "Papitwo"), el inédito "tet-a-tet" con Ana Torroja en "Morena mía" y, finalmente, el aplaudido y bien armado "Como un lobo" junto a su sobrina Bimba.

Llega entonces el final con "Si Tú No Vuelves", la coreada "Estuve a Punto de..." y una larga y discotequera versión de "Amante Bandido" que deja al público listo para mecerse en las cálidas notas de "Te amaré", un mensaje que sus incondicionales se habrán llevado a casa tras satisfacer con creces la vista, el oído y las ganas del "papito" Bosé.

 

Miguel Bosé abre los "ojos, oídos y piernas" de Madrid con su "Papitwo"

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