Marcar un gol: Cuando vivir el fútbol es una realización personal

Marcar un gol: Cuando vivir el fútbol es una realización personal
Marcar un gol: Cuando vivir el fútbol es una realización personal

Nada genera más expectación y nerviosismo que veintidós gladiadores, tan humanos como la emoción al rojo vivo en la mirada de millones de televidentes, luchando once contra once con un balón que simula un mundo. Ese repentino instante de silencio y puños aferrados al abrigo. Esa calma que se rompe cuando el griterío arranca el césped del campo y el corazón del pecho al son del gol de una pelota retorciéndose en la red. El contraste del vencedor y del vencido recorriendo el relieve sinuoso de la grada como la corriente brusca de un océano de gente viva.

Mucho más que un deporte

El tremendo espectáculo del fútbol ha ido levantando guerras y pasiones al menos des del siglo XII en la Inglaterra medieval. Aunque ya por el III y II a.C. los soldados de la antigua China pateaban una pelota contra una pequeña red como ejercicio militar. Pero no fue hasta que en la universidad británica de Cambridge, con influencias del primitivo calcio florentino italiano, el fútbol fue formalizado. En 1848, el llamado Código Cambridge, configurado por diversos representantes de escuelas inglesas, sentó los protocolos y las reglas del fútbol moderno. Un deporte que con el tiempo se ha enraizado en la columna vertebral de las culturas.

Y la televisión obró su magia

Tras su tosco inicio, cuando la sangre la bombeaba la violencia nunca arrepentida de la competitividad, el fútbol consiguió acceder a los rincones del alma que se reservan para la canalización del sueño y de la ira. Cuanto al futuro de su entrada y posterior asentamiento en los hogares, 1937 fue el año del primer partido televisado: un amistoso entre los equipos titular y suplente del Arsenal. Y en España lo fue en 1959, cuando los televisores se agotaron en las tiendas de Barcelona para contemplar El Clásico de los clásicos: el primer Barça-Madrid televisado.

De ahí, y con todos los sofisticados avances tecnológicos que han ido sucediéndose, se ha hecho del fútbol un acontecimiento doméstico tan o más emocionante que en vivo. Con repeticiones de jugadas, comentarios en directo y un potente ralentí que permite percibir hasta el más mínimo latido muscular en los gemelos del goleador que chuta a puerta. Pudiendo gozar de cada evento des del televisor de cualquier dispositivo, cuando para Orange fútbol significa el mejor fútbol al mejor precio. Con acceso a Champions League, LaLiga Santander, el Partidazo, LaLiga SmartBank y Europa League gracias a los servicios de Orange TV.

Orange TV: El mejor fútbol, al mejor precio

La reconocida compañía de telecomunicaciones Orange ofrece en su tarifa Love la mejor opción para gozar del mejor fútbol. Sin la necesidad de confinarse en casa, y con 1GB de datos extra cada mes para gozar del deporte estrella des del portátil, la tablet o el teléfono móvil. Pensando exclusivamente en aquellas personas para quien el fútbol es mucho más que un deporte. Una manera de vibrar al unísono con millones de personas que, al mismo tiempo, sienten en su piel el sudor ardiente de la agitación.

El pack Orange TV Fútbol incluye los mejores partidos de fútbol nacional e internacional, Copa del Rey, Liga y muchos más. Porque el fútbol no se reduce a tan sólo al evento más solicitado. La pureza del fútbol recorre distintas divisiones y países. Es como la ley de conservación de la materia, que no se crea ni destruye, tan sólo se transforma. Y en cada contracción de cada músculo de cada jugador de fútbol que echa la carne en el asador, están los ojos de un espectador vitoreando su gracia de semidiós atlético.

Alma y fútbol

El fútbol se incardina en la humanidad como un ritual de reunión entre seres humanos. Entre amigos y gente conocida, con el propósito de compartir una emoción independientemente del equipo del que se es forofo. Entre familiares, para sentir que incluso las sinceras diferencias unen a las personas, y que aquella ceremonia del deporte llamada fútbol es también un deje y una herencia. Y entre desconocidos, para reafirmar su universalidad. Una demostración de los valores que la actividad física, incluso cuando la practican otros que cuentan con el talle de la magnificencia, es también actividad mental.

El fútbol es también necesario para conformar la mitología moderna de los héroes que cumplen el sueño de otros. Muchos, cuando su equipo pierde o vence, sienten que también han perdido o han ganado. La estrecha relación entre ambos mundos, el de la acción y el del voyerismo, es la traducción tangible de los logros emocionales que muchos desean alcanzar. La fuerza de la pierna que chuta el balón que acabará en la escuadra es el desahogo de alguien preocupado por demasiadas cosas. La lágrima nacida del ojo fijo en el montón de cáscaras de pipa en el suelo, cuando el equipo pierde, es un reflejo instintivo de otras tristezas.

En cualquier patio de cualquier escuela, durante la hora del recreo, hay un ser que sueña. Y cuando chuta la pelota y rebota en el palo de la portería, devolviéndosela al regazo, ese pequeño fracaso es un aprendizaje que le acompaña a casa. Una derrota que terminará cuando el grito por los goles de su ídolo traspase el altavoz del televisor, directo hacia su sangre. Y en esa tierna juventud que se moldea con la brisa, está también el fútbol. Y el propósito de Orange para traer a la intimidad un fútbol donde los ídolos de cualquier equipo y cualquier parte marquen ese gol solemne.  

Marcar un gol: Cuando vivir el fútbol es una realización personal

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