Laura Pausini, pletórica, recorre en "Madriz" 20 años de amor y éxitos

  Aunque es probable que Laura Pausini haya acumulado tantos defensores como detractores por su afección a la vena más cursi del amor, resulta meritorio alcanzar 20 años de éxitos, ocasión que la italiana celebra con una gira que ha pasado hoy con todas las entradas agotadas por su segunda casa, "Madriz".

"Soy una persona que no ha nacido en esta tierra y se siente parte de ella, gracias España, te amo", decía la artista, emocionada, en uno de los momentos de esta noche en el Palacio de los Deportes de la capital, ante 7.000 personas.

Desde su victoria en el Festival de San Remo de 1993, la italiana acumula 70 millones de copias de once discos -todos representados en el repertorio-, además de colaboraciones estelares con Phil Collins, Kylie Minogue, Alejandro Sanz, Miguel Bosé, Mark Anthony... incluso Madonna escribió una canción para ella. No habría estado mal que alguno de esos dúos se hubiese revivido en el directo.

"Algunos de ustedes estaban frente a mis ojos cuando yo también era una bambina y empezaba a cantar en español", ha recordado la artista a propósito de aquel primer concierto en España en 1996, que se celebró en este mismo espacio después de haber vendido más de un millón de discos de "Laura Pausini" (1994), el álbum de un solista extranjero de mayor éxito comercial en España.

De 2014 a 1994, de "Sino a ti" a "La soledad", como un reloj que avanza en sentido inverso, su único concierto en España del "The greatest hits world tour" ha servido para que sus fervientes seguidores disfrutaran una vez más del sólido y modulable torrente vocal de "la Pausini", que ha hecho gala además de un gran sentido del humor.

"?¿Cómo es posible que la hermana de Laura Pausini fuera a casarse y dijera que no tenía una canción de amor especial para la boda?!", recordaba con gran vis cómica y autoparódico, ganándose incluso a los pocos espectadores foráneos de la velada.

Sin atender al tono de sus composiciones y de algunas versiones remozadas, una cuestión de gustos, es probablemente que el formato estético de la gira constituya el aspecto más flojo, aunque sea Giorgio Armani quien firme su vestuario.

Por contra, ella responde con todo en un concierto confesional en el que se muestra pletórica profesional y personalmente junto a siete músicos, un coro y un impresionante grupo de cuerda, hasta alcanzar casi dos docenas de profesionales sobre el escenario.

Será porque el concierto de esta noche se celebraba coincidiendo con el primer año de vida de su única hija, "un sueño que se hace realidad cuando ya no lo esperas", reconocía al comienzo, antes de dar paso a "Sino a ti", un inédito extraído de su reciente recopilatorio de 2013.

"Jamás abandoné" y "Bienvenido" han sonado a continuación, antes de darle un toque más bailable y eléctrico al evento "Con la música en la radio" y una coreografía robótica un tanto forzada.

Seguidamente han caído "En cambio no" (en recuerdo a su abuela), las versiones de "Yo canto", de Riccardo Cocciante, y, en italiano, "She", de Charles Aznavour, entonada en homenaje a su madre.

Con la emotiva "Prendo te", "una canción para el amor y punto", ha defendido las uniones de todo tipo, heterosexuales u homosexuales, justo antes de entonar, por contraste, la roquera y más agresiva "Escucha", compuesta tras una sonada ruptura sentimental.

Al llegar "Víveme", el público ha alzado por sorpresa un mar de corazones blancos y la cantante, emocionada, se ha visto incapaz de seguir, antes de retomar el aire y utilizar su móvil para captar la imagen.

Quedaban por sonar muchos temas conocidos, como "Surrender", por primera vez en una versión melódica muy diferente al original discotequero, "Volveré junto a ti", "Entre tú y mil mares", "En ausencia de ti", "Inolvidable", "Las cosas que vives" en portugués, "Gente" (con toques celtas al inicio) y, antes de los bises, "Amores extraños".

En ese retroceso en el tiempo y llegados ya a 1994, al comienzo de todo, la italiana ha recuperado sus dos primeros éxitos, "Se fue", en una extraña y desnaturalizada versión latina que no ha epatado al público español, y, para acabar en loor de multitudes y nostalgias, "La soledad", con aquel "tren de la mañana" del que un día, hace 20 años, Marco dejó de bajarse.