Kiko Veneno dice que se siente "rejuvenecido"

Kiko Veneno dice que se siente "rejuvenecido"
El cantante Kiko Veneno. EFE/Archivo

Kiko Veneno, flamante ganador del Premio Nacional de Músicas Actuales 2012, está en plena ebullición cívica -no tarda ni 10 minutos de entrevista en cargar contra los partidos- y también creativa, cociendo discos a pares como el audaz "Sensación térmica", un "desafío" que a sus 60 años le ha rejuvenecido.

"Quentin Tarantino decía que él quería hacer muchas películas mientras fuese joven, porque se había dado cuenta de que cuando los directores llegaban a los 60, les quedaba poco impulso sexual y solo repetían sus ideas. Yo debe ser que todavía tengo mucha testorena", bromea hoy durante una entrevista con Efe en Madrid.

Lo importante en su forma de entender la música, subraya, ha sido siempre la búsqueda y responder a la pregunta: "¿Qué puede hacer una persona normal sometida al bombardeo de ideas del siglo XXI y a una sensibilidad agudizada?".

Pero en el caso de su último lanzamiento, publicado esta semana por Warner Music, se conjugaron las ideas con el campo de acción y los personajes que tenía alrededor, en especial, el productor Raül Fernández "Refree", propuesto por su discográfica teniendo en cuenta la dirección que marcaban sus nuevas canciones.

Con el talante y la disposición de escuchar y llegar a acuerdos -"no como los políticos", puntualiza-, este moderno productor "indie" y el creador de "Volando voy" consolidaron un ramillete de canciones atípicas para el repertorio de Veneno, con elementos de "electrónica freak".

Juntos cincelaron canciones atrevidas como "Sensación térmica", "un cuplé pasado por una actitud más roquera o contemporánea", "Los planetas", que arranca con una frase instrumental y apenas tiene estribillo, o "La malagueña de San Juan de la Cruz", en la que juega con la "sonoridad sublime" de la poesía mística de este autor medieval, algo que barajaba desde hacía dos décadas.

"Ha sido un desafío hacer algo nuevo con 60 años, me siento rejuvenecido y muy satisfecho", afirma él, que añade que "este partido va de victoria" y que gustará, "aunque sea a una minoría".

El noveno disco de estudio de su carrera surge de volver al principio de todo, a la idea primigenia de "ver y vivir la música" y de crearla incluso con la inmediatez de la voz, "trabajando abiertamente con las melodías".

Así nació "Babú", en el que repite un verso que se ha hecho ya famoso: "Ayer comí, pero eso se acabó".

"Ésa es nuestra actualidad económica", resume él, que alerta de que "la política española va a la miseria" y de que "o esto se arregla o vamos a la destrucción", como anticipan esas escenas de asalto a supermercados.

Como canta en otro de sus temas, opina que esto "no va a mejorar solo con palabras" y defiende "cercar a los políticos, maniatarles, quitarles poder y obligarles a representarnos, en lugar de actuar al dictado de los oligopolios financieros".

En su diatriba, carga igualmente contra Alemania y la política de austeridad que dictaminan sus dirigentes. "Me río de sus imposiciones éticas y morales sobre la eficacia y el método de gestión y sobre lo incumplidores y lo farras que somos los españoles", dice.

Y a pesar de la rabia y descontento que muestran estas afirmaciones, su nuevo trabajo está cargado de humor, ironía y esperanza, como el corte inaugural, "La vida es dulce", que trata de que "hay que agarrarse" a ella pese al desamparo.

Para infundirle ese calor extra, cuenta con la colaboración de Silvia Pérez Cruz, exintegrante de Las Migas y a la que considera una intérprete de primera categoría.

Más extensa es la colaboración que ha firmado con el uruguayo Martín Buscaglia en otro álbum, "El pimiento indomable", elaborado en paralelo a "Sensación térmica" y que describe como "un disco de bares, más alegre y menos experimental", ya editado en Latinoamérica y a la espera de su próxima publicación en España.

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