Juana Rivas dice que su expareja “no merece” la custodia compartida

Juana Rivas dice que su expareja “no merece” la custodia compartida
Rivas, a su llegada a los juzgados el pasado martes | pepe torres (efe)

Juana Rivas defendió ayer que su expareja, Francesco Arcuri, condenado en 2009 por lesiones en el ámbito familiar y al que en 2016 denunció por malos tratos, “no merece” la custodia compartida de los dos hijos que tienen en común y pidió “apoyo” a la justicia española para no tener que regresar a Italia, al mostrarse convencida de que el padre le ha ofrecido esta medida para “controlarla” y de que, una vez allí, “seguiría el maltrato”.
Rivas está siendo investigada por el Juzgado de Instrucción 2 de Granada por los supuestos delitos de desobediencia judicial y sustracción de menores después de que permaneciera casi un mes ilocalizable con sus hijos sin acatar la orden judicial que le obligaba a entregarlos al padre para que regresaran con él a Italia, donde tienen fijada su residencia habitual. Finalmente lo hizo el pasado lunes 28 de agosto, tras lo que Arcuri se ha trasladado con los menores a este país.
En una entrevista en Telecinco, Juana Rivas sostuvo que ella no es “abogada ni juez” sino “una madre” que, ante los supuestos episodios de maltrato sufridos en la pequeña isla de Carloforte, decidió irse con sus hijos porque “les iba a convertir en unos desgraciados” si se “quedaba allí”.

Dar la cara
Preguntada sobre la orden judicial que le obligaba, ya en España, a entregarlos al padre, relató que “un día antes” de que se cumpliera el plazo tomó la decisión de que no lo haría hasta que alguien “diera la cara” y se sentara a analizar lo que estaban ocurriendo en su caso. Acabó por entregarlos porque, según dijo, vio que sus pretensiones no se estaban cumpliendo y no quería “perder la patria potestad” sino “luchar por sus hijos hasta el final”.
“La justicia es injusta y yo me lo tengo que comer con mis hijos”, lamentó, afirmando que su expareja “tiene mucho dinero” y ha hecho los trámites judiciales “muy rápido” mientras la denuncia que ella puso por malos tratos se ha tirado “un año en un cajón para ser traducida y mandarla a Italia”.
“Es un terror vivir en un pequeña isla (...) en una custodia compartida para que me siga manejando a sus anchas”, apuntó Rivas, que solicitó apoyo a la justicia española para que no le “hagan ir –hay fijada una comparecencia y una vista durante el mes de octubre– y que se resuelva aquí”.
“Que la ley española sepa que yo soy una lagartija y este hombre es un dragón, y yo el miedo que tengo es que se los coge allí –a los niños– y de allí no salgo del maltrato en vida”, llegó a afirmar durante la entrevista, en la que narró algunos de los episodios de malos tratos que presuntamente ha vivido a manos de su expareja desde el inicio de su relación.
Confió, por ello, en que la justicia le dé a ella y a sus hijos “un futuro” y opinó que volver a Italia, donde ella además no tiene medios, sería “una injusticia” y “el peor ejemplo que le podía dar” a sus hijos.
Rivas, que defendió su papel como madre todos estos años, señaló que no está pudiendo contactar con los niños en Italia, habiendo tomado ya sus abogados medidas al respecto, y lamentó que la jueza no le permitiera este pasado martes “contar su historia” cuando fue a declarar por los delitos de desobediencia judicial y sustracción de menores.

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