“Me inquieta este distanciamiento actual hacia las instituciones”

“Me inquieta este distanciamiento  actual hacia las instituciones”
Doña Elena posa en su despacho de la Fundación Mapfre, donde trabaja desde 2008 EFE/Juanjo Martín

La infanta Elena, que cumple 50 años el viernes, expresa su “inquietud” ante el distanciamiento ciudadano de las instituciones, su disgusto por algunas “situaciones incómodas” y su convicción de que ante la crisis “es el momento de mirar adelante con decisión”. La hija mayor de los reyes prefiere no hablar del “caso Nóos”, ni del debate abierto sobre si el Rey debería abdicar; tampoco se pronuncia sobre las propuestas de reforma de la Constitución para suprimir la preferencia del varón sobre la mujer en la línea sucesoria.

¿Cuál es el balance de la labor institucional que ha desarrollado en representación de la Corona?
Estoy contenta de la labor de representación institucional que llevo a cabo. Tuve la suerte de comenzar acompañando a los reyes junto a mis hermanos, desde muy pequeños. Y poder vivir, en directo, actos y situaciones muy especiales tanto a nivel institucional como personal.

¿De qué se encuentra más satisfecha?
Me encuentro bastante satisfecha y muy agradecida a la vida que llevo. Considero muy interesante haber podido aportar mi granito de arena para que España y las funciones de la Corona sean más conocidas y más queridas, tanto en nuestro propio país como fuera. He podido conocer personas muy interesantes, países, costumbres y situaciones que me han ayudado a desarrollarme como persona y a valorar mi privilegiada posición.

El rey ha tenido que someterse en los últimos años a numerosas operaciones quirúrgicas que le han obligado a apartarse parcialmente de la vida pública. ¿Qué impresión le causa la tenacidad de su padre?
El rey, a lo largo de toda su vida ha demostrado su enorme capacidad de superación. La voluntad de servicio y el esfuerzo para poder superar las dificultades y cumplir con sus obligaciones es más fuerte que la mala suerte que ha tenido en los diferentes percances sufridos.

¿Qué puede decir del papel de su madre, la reina?
He tenido la suerte de tener como madre a una señora tanto en su faceta de reina como de madre y de mujer. Cada día es un ejemplo de saber hacer y estar. Como reina, es un orgullo ver su entrega a nuestro país y el esfuerzo continuo por hacer las cosas bien. Como madre, la reina nos ha educado en la tolerancia, en el respeto y en el cariño y siempre ha sido esa madre cercana, tanto a sus hijos como lo es ahora a sus nietos.

¿Cómo ha vivido el distanciamiento de los ciudadanos respecto a sus instituciones y que también ha alcanzado a la Corona?  
Me inquieta este distanciamiento actual hacia las instituciones. Y, por supuesto, me disgustan las situaciones incómodas que se producen. Vivimos una época de cambio, en la que unas veces todo vale y otras nada vale. Todos debemos esforzarnos con nuestro trabajo e ideas, para aportar y tomar las mejores decisiones posibles. Cada uno en su nivel, para salir cuanto antes de la situación social, laboral y económica en la que nos encontramos los españoles.

¿Cuáles son los momentos más significativos de su vida que ahora recuerda?
 En mi vida, como en la de los demás, ha habido buenos momentos que recuerdo con cariño y situaciones dramáticas que me evocan tristeza. Pero todas las ocasiones me han ayudado a ir forjando mi carácter y a aprender a solventar las situaciones más complicadas y a disfrutar de las positivas. Entre los mejores, el más significativo es el de la proclamación de mi padre como rey de España. El terminar mis estudios universitarios; mi boda, el nacimiento de mis dos hijos. Lo más triste, el fallecimiento de mis abuelos. Y, desde luego, todas las ocasiones que me han situado cerca del sufrimiento por las víctimas del terrorismo y junto a los familiares de los afectados por accidentes y desastres naturales. Y, entre los más difíciles, la decisión de primero separarme y después divorciarme.

¿Cómo ve la sociedad española actual?
Creo que la sociedad española tiene un gran futuro. Aunque tenemos tendencia a verlo todo más negro de lo que es en realidad, confío mucho en los españoles, en nuestra juventud, cada vez más en contacto con la realidad mundial. Es verdad que muchos de nuestros jóvenes con una buena cualificación salen a otros países en busca de trabajo, pero yo no vería esto como “fuga de cerebros”. Confío en que después de un tiempo vuelvan y puedan aportar su conocimiento y su experiencia para mejorar España.

¿Qué mensaje puede trasladar desde su experiencia como madre, divorciada como muchas españolas?
Los padres debemos poner siempre todo el empeño posible en educar y formar a los hijos. Hay que estar pendientes, ayudarles y al mismo tiempo darles la libertad suficiente para que generen oportunidades que les permitan crear su propia autonomía y que desarrollen su propia vida. La educación que intento transmitir a mis hijos no varía de la que me gustaría que tuviesen si no me hubiese divorciado. Los matices diferentes que un padre o una madre pueden aportar a sus hijos pueden ofrecerse sin la necesidad de vivir en la misma casa. Creo que no se puede ser “ex padre” o “ex-madre” y que cada uno busca lo mejor para sus hijos. Y, por supuesto, les inculco lo que significa ser español y estar al servicio de España.

¿Se parece su vida actual a la que imaginaba cuando era niña?
En general, sí. Estoy muy contenta de seguir ayudando a España en lo que puedo, de mi familia, de mantener muchos amigos desde mi época colegial, de la hípica, de la vela, del esquí y de haber podido añadir más a lo largo de estos años.

¿Qué es lo que más valora de su trato personal con los ciudadanos en los actos públicos a los que acude?
Sin duda, el cariño y la cercanía de la gente hacia mi familia y hacia mí. No solo en los actos oficiales, sino también cuando viajo por motivo de mi trabajo o de actividades privadas, por toda España.

“Me inquieta este distanciamiento actual hacia las instituciones”

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