Dos inauguraciones para una única Feira das Marabillas

El Medievo reconquistó ayer la Ciudad Vieja y tan bien lo hizo que tan grande acontecimiento requirió de dos presentaciones. Este año las justas desaparecen de María Pita, pero solo las de mayor rigor histórico, porque ayer la Asociación de Comerciantes de la Ciudad Vieja (Aceca) –que organiza el evento–, el Ayuntamiento, el PP y el PSOE se repartieron los papeles de caballeros como si tocase escenificar una lucha en el palenque en Azcárraga.
En este caso tres de los protagonistas fueron más aliados que contrincantes. Varios miembros de la directiva de Aceca se rodearon de los ediles populares Rosa Gallego y Miguel Lorenzo y los socialistas José Manuel Dapena y Fito Ferreiro para inaugurar la vigésimosegunda edición de la Feira das Marabillas. El encuentro estaba marcado para las 11.00 horas, para todos, pero tuvieron que ser la prensa y la oposición los que advirtieran a los empresarios del plantón del Ayuntamiento.
Poco antes de esa convocatoria, el Gobierno municipal mandaba la suya propia anunciando un recorrido del alcalde, Xulio Ferreiro, por el ferial. A mediodía, como si nada hubiera ocurrido, el regidor se plantó en el centro neurálgico del mercado acompañado de los concejales de Culturas, José Manuel Sande, y Empleo y Economía Social, Alberto Lema. La comitiva requirió la presencia, de nuevo, del presidente de la agrupación organizadora.
Una vez en la arena el desencuentro quedó aparcado para inaugurar por segunda vez la cita más famosa del noroeste español. En su primera intervención, el presidente de Aceca, Adolfo López, explicó que la preparación de una edición más ha requerido “mucho esfuerzo”, pues se cumple una década desde que los comerciantes cogieron las riendas de la celebración.
“Antes tenía ayuda municipal y ahora se financia al 100%”, recordó y aseguró que con la colaboración del Ayuntamiento este año se mejorará en “higiene, limpieza y mantenimiento”. Además, se abandonarán las comunicaciones medievales para dar más “movilidad a los vecinos” con la ampliación de los horarios de varias líneas del autobús urbano hasta las 00.30 horas.
No vaya a ser que a los coruñeses se les quede algún puesto del recorrido en el tintero o que la cola para conseguir el kebab más rico se retrase más de la cuenta. Aún así, dispondrán de un total de seis días para callejear hasta el hartazgo.
Los promotores esperan que durante todo ese tiempo pasen por el barrio “entre 180.000 y 200.000 personas como el año pasado”. El edil de Culturas, José Manuel Sande, se preocupó más de resaltar “as medidas medioambientais e o aumento das actividades infantís que van a facilitar a mellora da afluencia” de las familias.
Para proteger a los animales serán baja muchos de ellos. Según Sande su protagonismo se limitará “ás ocas e á cetrería”. Aun así no parece que vecinos y turistas vayan a echarlos de menos puesto que ayer se lanzaron a subir y bajar las calles del casco histórico desde bien temprano revisando cada oferta comercial. Muchos acompañaron al desfile inaugural y quien más y quien menos picó en algún negocio. Unos compraron detalles de artesanía en alguno de los casi 200 puestos repartidos por toda la zona –cobran protagonismo otras calles– o en los negocios de comida.
Mientras el alcalde respondía a las preguntas de los niños participantes en un campamento de verano, los más golosos ya hacían cola para comprar comida tras retrasar el desayuno.