Los fervores religiosos de Tamara Falcó son de sobra conocidos por todo el mundo. “Si sintiese la llamada me haría monja, pero no he sentido esa vocación”, dijo una vez, aunque ha mostrado en más de una ocasión su querencia por la religión católica. Lo último es el pulverizador lleno de agua bendita que la hija de Isabel Preysler lleva en el bolso. Al parecer, Tamara se siente tan a gusto con su amor por Dios que lleva el agua bendita a mano y no ha dudado en meterla en un pulverizador.