España es el tercer país de la UE con más adultos que tienen un nivel educativo bajo

España es el tercer país de la UE con más adultos que tienen un nivel educativo bajo

España es el tercer país de la UE en que mayor proporción de los adultos (25 a 64 años) tiene un nivel bajo de formación, según las conclusiones de un informe elaborado por el Instituto de Estudios Económicos a partir de datos del último Eurostat (abril de 2016). Según el documento, el 43,5% de los adultos que residen en España tiene un nivel educativo “bajo”, un porcentaje solo superado por Portugal (54,4%) y Malta (52,4%).
El ranking de países en que esta proporción es menor lo encabezan República Checa (12,4%), Lituania (13,8%), Eslovaquia (14,6%), Estonia (15,1%), Polonia (15,2%), Letonia (15,6%), Eslovenia (17,4%), Finlandia (19,2%), Austria (19,6%) y Alemania (19,8%). 
En el extremo opuesto de la lista, tras Portugal, Malta y España, figuran Italia (41,9%), Grecia (31,5%), Luxemburgo (30,3%), Rumanía (29,4%), Bélgica (28,7%), Países Bajos (28,4%) y Dinamarca (27,3%), todos ellos por encima de la media de la UE, que se sitúa en el 26,9% de población con bajo nivel de formación.
Pese a la mala posición de España en la comparativa con el resto de países de la UE, el informe destaca el “progreso” del país durante los años de la crisis económica: “Nuestra población adulta con bajo nivel educativo llegaba al 50,1% en 2007 y se ha reducido a un 43,5 por ciento en 2015”, señalaron los responsables del estudio.
En todo caso, advirtieron que la cifra actual “cifra sigue siendo elevada y plantea problemas importantes a la hora de integrar a este colectivo en el mercado laboral”, por lo que reclaman “medidas urgentes de formación y aprendizaje para la población adulta, pero también una lucha contundente contra el abandono escolar temprano”, para evitar que haya jóvenes que sigan ingresando en el grupo de adultos con escasa formación. 
Por otro lado, el presidente de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE), Segundo Píriz, informó esta semana de que “se está tramitando una ley” para que la prueba final de Bachillerato no sea obligatoria para obtener el título. Píriz matizó que la modificación de la ley aún se encuentra en “fase de información” en el Consejo de Estado, aunque considera que “pronto se aprobará”. “Las reglas del juego quedarán fijadas para el próximo curso”, afirmó. La reforma de la normativa la podría realizar un Gobierno en funciones como el actual, según explicó el rector de la Universidad de Castilla La-Mancha, Miguel Ángel Collado.
El cambio implicaría que la prueba final de Bachillerato se transformase únicamente en una prueba de acceso a la universidad, por lo que no sería necesaria para obtener el título de bachiller, según aclaró Píriz. Los contenidos los establecerían las comunidades, “en coordinación con el Ministerio” al que le correspondiese dicha competencia. En palabras del presidente de la CRUE, constituye la “solución menos mala”, porque “no rompe el distrito único y permite la movilidad”. “Se trata de dar certidumbre a padres, alumnos y profesores”, manifestó. Píriz estimó en 300.000 el número actual de estudiantes de primero de Bachillerato afectados al tener que realizar la prueba en segundo curso.

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