El público despide al actor Tony Leblanc y la comedia que hizo crecer a una generación

El público despide al actor  Tony Leblanc y la comedia que hizo crecer a una generación
Concha Velasco y Pilar Bardem se despiden del actor y dan el pésame a su familia

Multitud de ciudadanos acudieron ayer a dar su último adiós a Tony Leblanc, el cómico de los sesenta reconvertido en padre del grotesco “Torrente”, al que agradecieron su comedia “en momentos difíciles” y su capacidad para “hacer crecer” a toda una generación “con la risa”.

Estos agradecimientos fueron registrados en los libros de condolencias por los ciudadanos anónimos que desfilaron desde las nueve de la mañana ante la capilla ardiente de Tony Leblanc, ubicada en el Teatro Fernando Fernán Gómez de Madrid.

Ante todo fue gente mayor –pero también jóvenes y muchos curiosos–, la que acudió al escenario madrileño para recordar los buenos momentos y la risa que les provocaron sus películas, en una época en la que España aún no se había quitado de encima los sinsabores de la posguerra y comenzaba a despertar al desarrollo económico.

Muchos compañeros de profesión, en especial cómicos, recordaron el sentido del humor de Leblanc y su voluntad de que su epitafio rezara: “Aquí yace un cómico. Fin de la primera parte”, explicó Juan de Dios, miembro de Cruz y Raya.

Y es que su sentido del humor reunió, según Carlos Iglesias, realizador de “Un franco, 50 pesetas”, a “todo el casticismo y la gracia de Madrid”.

 

con luz propia

La actriz Concha Velasco, compañera de reparto en más de una decena de películas, ha preferido quedarse con la humanidad y el compañerismo del protagonista de “Las chicas de la Cruz Roja” o “Los tramposos”: “Tenía tanta luz que no necesitaba chupar foco para quitárselo a los compañeros”.

Los compañeros del actor destacan su sentido del humor y su humanidad

Tampoco faltaron ayer en su despedida autoridades como la alcaldesa de Madrid, Ana Botella; el Ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, y el presidente de la Academia del Cine, Enrique González Macho.

Este último resaltó la importancia histórica del primer cine del actor madrileño en la década de los sesenta y los setenta –Leblanc participó en más de cien películas–, un cine que recuerda “con cariño”, aunque “muchas veces” se hable de él “de una forma un poco despectiva”.

Santiago Segura quiere volver a ver muchas de esas cintas, el cineasta que fue el causante de su vuelta al cine, según comentó tras despedirse del actor, al que recordará como “un amigo y un ídolo”, pero también como una persona llena de “vitalidad”, algo a lo que él contribuyó mucho en su nueva etapa en el cine, según le dijeron sus hijos.

 

muy competitivo

“Si estuviera viéndonos, seguro que estaría contando los medios y la gente que ha venido a la capilla ardiente, y diría: ‘Ha habido más que cuando se murió fulanito’, porque también era muy competitivo’”, indicó irónico.

Una competitividad que trasladó del teatro al cine y luego a la televisión, ya que tocó todos los palos, recordó su hijo Tony, quien resumió su carrera del siguiente modo: “’Quien mucho abarca poco aprieta’, dice el refrán. En el caso de mi padre no se cumplió: ha abarcado mucho y ha apretado de narices”, añadió.

Un tipo de “trabajador del espectáculo”, con jornadas de hasta 23 horas, que hacía dobles y hasta triples funciones, y combinaba televisión, cine y teatro, y que se acaba ayer con el fallecimiento de este cómico, explicó Segura.

Su gran filmografía le convirtió en imprescindible de las sobremesas de blanco y negro de los sesenta y setenta, y le hizo ser “alguien de la familia”, una especie de “pariente listo que siempre hacía trampas”, como dijo Pilar Bardem.

Actrices como Sara Montiel y Laura Valenzuela, y su compañero de la serie “Cuéntame como pasó”, Imanol Arias, se acercaron a dar su último adiós a Leblanc, aunque la representación más numerosa fue la del público.

 

El público despide al actor Tony Leblanc y la comedia que hizo crecer a una generación

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