Dudamel dirige a la Sinfónica de Galicia ante cuatro mil melómanos en Santiago

Dudamel dirige a la Sinfónica de Galicia ante cuatro mil melómanos en Santiago
GRA526. SANTIAGO DE COMPOSTELA, 07/07/2017.- El director de orquesta venezolano Gustavo Dudamel, (d) al comienzo del concierto "Palabras para Galicia", en la Plaza del Obradoiro, esta noche en Santiago de Compostela. EFE/Lavandeira jr

El director de orquesta venezolano Gustavo Dudamel ofreció un concierto junto con la Orquesta Sinfónica de Galicia y el Orfeón Donostiarra que ha congregado a más de 4.000 personas en la emblemática Plaza do Obradoiro, en Santiago de Compostela.
Para la ocasión, Dudamel escogió la novena sinfonía de Beethoven, un himno (señaló) a la humanidad y a los valores de fraternidad y solidaridad entre los pueblos de la Tierra.
Entre los asistentes, se encontraban el Rey Juan Carlos I; el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo; el presidente del Parlamento gallego, Miguel Ángel Santalices; el delegado del Gobierno, Santiago Villanueva, el alcalde de Santiago de Compostela, Martiño Noriega; y el presidente del Consejo de Estado, José Manuel Romay Beccaría.

Himno gallego
El concierto estuvo precedido de una interpretación especial del himno gallego, con el público de la plaza puesto en pie, y de varios discursos, entre ellos, el del carismático director de orquesta venezolano.
Dudamel tomó la palabra para agradecer el cariño recibido en Galicia, en los que participó en actos para la promoción de la música entre los más jóvenes.
“Aún hoy las sinfonías de Beethoven nos siguen emocionando, nos guían en nuestro viaje para descubrir los sentimientos humanos y nos estimulan a aspirar a los más altos ideales en búsqueda de la armonía”, declaró.
Dudamel también hizo alusión a los vínculos que unen íntimamente a Galicia y Venezuela, un país al que le ha otorgado el apelativo de “sexta provincia gallega” y en el cual se formó como director gracias al plan de promoción de la música, “El Sistema”.

Abanca
También intervino el presidente de Abanca, Juan Carlos Escotet, quien explicó que este concierto fue concebido “como un encuentro con ese espíritu de fraternidad, cada vez más acusado, que el paso del tiempo ha atribuido a la novena sinfonía de Beethoven”.
Una música que también sonó (recordó) durante las celebraciones por la caída del Muro de Berlín en 1989, una de las imágenes de unión después de un conflicto de los más potentes que se recuerdan.
En ese momento, Escotet hizo alusión a la conflictiva situación que Venezuela, su país de origen, atraviesa actualmente. “Venezuela es una marca de mi piel”, expresó, visiblemente emocionado, para añadir que “no pasa un día” sin que sus oraciones vayan destinadas a que se cumpla su “profundo y permanente deseo de paz que no encuentra ni encontrará reposo hasta que la vida vuelva a ser el signo de las calles” de su tierra natal. Con este emotivo alegato, Escotet hizo que el público del Obradoiro rompiese a aplaudir de forma unánime.
Banco Etcheverría 
Asimismo, justo antes de que la novena sinfonía de Beethoven comenzase a sonar desde el corazón del casco histórico de la capital gallega, hubo tiempo para una última celebración, la del 300 aniversario del Banco Etcheverría, cuyo presidente de honor, Javier Etcheverría, recibió, de manos de Gustavo Dudamel, una simbólica batuta.
Entonces, la música se abrió paso para llenar con los inconfundibles sonidos del himno oficial de la Unión Europea la Praza do Obradoiro. l

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