“La baja protección de la maternidad no se arregla retrasándola todavía más”

“La baja protección de la maternidad  no se arregla retrasándola todavía más”
GRA030. A CORUÑA, 29/11/2014.- El jefe del Servicio de Ginecología del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago, Manuel Macía, en una entrevista con Efe en el marco de las I Jornadas Galaico-Portuguesas de Reproducción A

El jefe del Servicio de Ginecología del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago(CHUS), Manuel Macía, adviertió de que España es uno de los países europeos con la edad media de maternidad más alta y por ello aconseja “no solventar el problema de la baja protección para la maternidad retrasándola más”.
“El problema no es conseguir que señoras de 40 años tengan hijos, sino favorecer las condiciones sociales para que las mujeres puedan embarazarse a una edad fisiológica adecuada”, sostiene este ginecólogo en una entrevista, en el marco de las I Jornadas Galaico-Portuguesas de Reproducción Asistida, en A Coruña.
Macía responsabiliza de esta situación a la corriente de opinión que “no es cierta de que cualquier edad es buena para ser madre”, y a que “probablemente no hay un entorno de protección social que permita tener esa maternidad sin interrumpir la vida laboral a edades más correctas”.
Y es que dado que uno de los grandes problemas que condiciona la tasa de éxito de un embarazo es la edad, cuyo período de máxima fertilidad abarca de los 20 a los 35 años, en los últimos tiempos más mujeres recurren a tratamientos de reproducción asistida.
Cada vez son más las mujeres de más de 37 años que acuden a esta técnica “porque se han planteado a esa edad tener familia, sin ningún defecto especial o patología, pero no se quedan embarazadas”, asegura el especialista, que lamenta que “como el tiempo se echa encima hay que precipitar las actuaciones”.
“No sé cómo se arreglan en Suecia, Alemania, Inglaterra o Estados Unidos, con edades de maternidad mucho más bajas que la nuestra, y no estoy hablando de países subdesarrollados”, apostilla.
En este sentido, las opciones de acudir a la sanidad pública presentan una “limitación” de medios “propia de las incluidas” en este sistema, porque por ejemplo el máximo de edad con el que se puede acudir a un centro público para someterse a estos tratamientos son los 40 años, los mismos establecidos que para adoptar a un bebé. “La demanda es muy alta, para la inseminación artificial no tenemos lista espera pero para la reproducción asistida o fecundación in vitro el paciente debe esperar 18 meses”, detalla. Del conjunto, más del 60% supera los 35 años y casi un 30% tiene entre 37 y 40 años.
De hecho, según varios estudios, la fecundación in vitro cuenta con una tasa de éxito global de recién nacido en casa del 35 %. “Hay que tener claro que por muchos recursos que dediques a la fecundación in vitro no vas a solventar el problema del envejecimiento, porque el porcentaje de recién nacidos por esta técnica oscila entre el 0,5% y el 4% de los recién nacidos totales”, ejemplifica. A su juicio, “esto no soluciona el problema demográfico que tenemos en Galicia en este momento”.
Por ello y para atajar esta problemática, Manuel Macía plantea iniciar medidas para “mejorar las condiciones sociales que permitan plantearse la maternidad a edades más precoces y, a aquellas pacientes que por su patología requirieran un tratamiento médico, pues que tuvieran la máxima accesibilidad al mismo”. En este sentido, destaca de la sanidad pública que los pacientes no han de abonar una factura, y de la privada su mayor rapidez en la respuesta.

moisés moreira
Coincide en este análisis el ginecólogo Moisés Moreira, especialista en reproducción asistida en la Maternidad Belén de A Coruña, donde no hay listas de espera y los tratamientos son más personalizados, explica, pese a que el principal grupo de pacientes que recibe esta unidad de este centro privado supera los 35 años.
“Tengo tiempo, lo puedo retrasar, no es el momento, se dicen, y cuando llegan a los 39 años con la reserva ovárica muy disminuida la posibilidad de un embarazo es francamente mucho menor”, añade.
Ante “lo complicado” de ser madre antes de los 35 años por “problemas laborales y sociales”, una de las medidas que se puede adoptar para preservar la fertilidad es vitrificar los óvulos antes de los 35 años para utilizarlos posteriormente.
En la sanidad privada no hay límite de 40 años para someterse a este tipo de tratamientos, si bien, según sus datos, por encima de esta edad la tasa de embarazo es del 17% y la de parto del 6% mediante fecundación in vitro con los propios óvulos, mientras que si se utilizan óvulos de una donante el porcentaje de embarazos sube al 54,6%.
En su opinión, “la sociedad no tiene noción de la importancia de la edad, que es crucial”, y por ello aconseja “cambiar la mentalidad y la legislación”.

“La baja protección de la maternidad no se arregla retrasándola todavía más”

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