Un arte más nítido brilla en la nueva galería de los Saboya de Turín

Un arte más nítido brilla en la nueva galería de los Saboya de Turín
Fotografía facilitada por el Ministerio de Bienes Culturales de Italia de varias obras de la Galería Saboya, una de las pinacotecas más importantes del mundo, que reabre sus puertas al público en el Palacio Real de Turín

La Galería Saboya, una de las pinacotecas más importantes del mundo, reabre sus puertas al público en el Palacio Real de Turín (norte), en un espacio restaurado y mejor iluminado que resalta los detalles de sus 500 obras.

"No están todas las pinturas y esculturas que incluye esta gran colección de arte, aunque sí las más importantes y representativas", aseguró la superintendente para los bienes históricos, artísticos y etno-antropológicos del Piamonte (norte), Edith Gabrielli, en una entrevista con Efe.

Creada en 1832 por Carlos Alberto de Saboya-Carignano, la Galería Saboya tiene un rico patrimonio que comprende, en su mayoría, obras de grandes maestros de la pintura como Rogier van der Weyden, Pieter Paul Rubens, Antoon van Dyck o Giovan Francesco Barbieri, este último más conocido con el apodo Guercino.

En los últimos años, los cuadros de esta galería se exponían en el Palacio de la Academia de las Ciencias de Turín hasta 2012, que fue cuando comenzaron las labores para su traslado.

"A finales de los años 90, se comprende que esta sede no era la más adecuada para contener una colección tan importante porque el espacio y las luces castigaban demasiado a las obras. Se pensó entonces en cambiar la galería a otra sede más grande, más luminosa y mejor adaptada", recordó Gabrielli.

Por eso, ahora se podrá ver en la sala "Manica Nuova", el edificio "construido a finales del siglo XIX por el arquitecto Emilio Stramucci", dentro del Palacio Real, enclavado en el corazón de esta ciudad al pie de los Alpes.

"El nuevo espacio cuenta con 9.000 metros cuadrados distribuidos en cuatro plantas, por lo que es lo suficientemente grande como para acoger a todos los visitantes que se acerquen hasta la ciudad" para visitar el museo, subrayó Gabrielli, encargada de la gestión de varios de Italia, entre ellos la Galería Saboya.

Y prosiguió: "Dispone, además, de un sistema de iluminación que ha sido muy estudiado y muy medido para que permita resaltar la calidad de las obras".

No obstante, para que los amantes del arte puedan disfrutar del arte coleccionado por la familia Saboya a lo largo de los siglos, ha sido necesario un proceso de restauración que ha durado dos años.

Por una parte, "se ha restaurado el espacio arquitectónico", contó Gabrielli, es decir, la propia sala "Manica Nuova" para que pueda ofrecer una "estética mucho más moderna".

Paralelamente, un equipo de expertos e investigadores han reparado durante dos meses "aquellas obras que lo necesitaban", recordó esta representante del Estado Italiano, tal y como le gusta definirse.

"Hemos restaurado un centenar de obras para que ahora el público pueda encontrarlas en perfecto estado", explicó.

Quien se acerque hasta el norte de Italia podrá pasear por los pasillos del Palacio Real y admirar los cuadros de las Escuelas Piamontesas (siglos XIV-XVI), las colecciones del príncipe Eugenio de Saboya-Soissons o las obras de genios flamencos como Van Dyck u holandeses como Gerard Dou.

"La característica fundamental de la Galería Saboya es la presencia de tantísimas obras de arte de procedencia no italiana. Tenemos obras de Rembrandt o Van Dyck que fueron dos de los grandes maestros del arte. En Italia no es posible encontrar tantas pinturas tan importantes juntas en un mismo espacio", aseguró.

El proyecto, que ha sido posible gracias a la colaboración estatal y del sector privado, ha costado "35 millones de euros" (43,01 millones de dólares) y es "uno de los más importantes en lo que concierne a Italia en este momento".

"Ha sido una labor de muchos investigadores, científicos y especialistas y gracias a ellos se ha podido alcanzar este resultado tan importante para Turín, pero también para el conjunto del país y para el resto del mundo", concluyó.

 

Laura Serrano-Conde.

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