Un triste aniversario

Hace cuarenta años, millones de españoles celebrámos el triunfo rotundo del PSOE en las elecciones generales. Fue un día emocionante y esa noche, cuando Felipe González y Alfonso Guerra se asomaron por una ventana del hotel Palace, los aplausos, las lágrimas, la emoción se mezclaron en un estallido de alegría. Y si, yo estaba allí cubriendo como periodista aquel acontecimiento histórico. Por cierto les recomiendo el último libro escrito por Fernando Jauregui que lleva por título “La foto del Palace”.
 

Cuarenta años después el PSOE se aviene a celebrar el aniversario de aquella histórica noche. Pero la verdad es que el PSOE que ganó aquellas elecciones poco tiene que ver con el PSOE de hoy. Ya no es un partido socialdemócrata, en realidad es difícil saber qué es exactamente más allá de una prolongación, una muleta para las ambiciones políticas de un solo hombre: Pedro Sánchez.
 

Y como yo tuve el privilegio, como periodista, de poder contar la Transición, me atrevo a afirmar que Felipe González no tuvo nunca tanto poder en su partido como el que tiene hoy Pedro Sánchez. En aquel PSOE se debatía y las distintas “familias” tenían que procurar una negociación casi constante para el buen funcionamiento del partido. Un partido que representaba unas ideas y no a un solo hombre como sucede cuarenta años después.
 

La diferencia estriba en que aquellos jóvenes socialistas, con Felipe González y Alfonso Guerra, en cabeza tenían un proyecto político, el poder solo era un instrumento para construir un país democrático, donde cupieran todos los ciudadanos, donde se garantizara la libertad. Era un proyecto conciliador, que no miraba hacia atrás sino adelante porque se trataba de construir el futuro. Era un proyecto netamente socialdemócrata con todo lo que eso implica.
 

Estos días siento estupor al ver como desde Moncloa y desde el PSOE sacan pecho no solo intentando rentabilizar lo que pasó aquella noche del 82, sobre todo ninguneando a sus verdaderos protagonistas, empezando por Felipe González y continuando por Alfonso Guerra. Ellos junto a muchos otros dirigían y representaban al PSOE. Así que olvidar invitar a Alfonso Guerra y a la dirección del PSOE de entonces, así como a diputados y senadores, es algo más que un olvido, es un retrato de como son y como se las gastan los actuales dirigentes socialistas por más que, en el último minuto, lo hayan intentado remediar cursando algunas invitaciones, en la que incluyen a Alfonso Guerra sin el que no se puede contar no solo la historia del PSOE, tampoco la de la Transición.
 

Lo cierto es que, todos los que tenemos cierta edad y que vivimos la Transición sabemos bien quienes la protagonizaron y que hizo cada cual. Intentar reducir a Felipe González al papel de comparsa e ignorar a Alfonso Guerra, a la hora de celebrar el triunfo rotundo del PSOE en el 82, es un reflejo de la nimiedad de quienes hoy nos mandan. Simplemente no se pueden comparar con sus mayores, por más que, sin duda aquellos dirigentes socialistas una vez que llegaron al gobierno con González a la cabeza cometieron errores, algunos de grueso calibre, pero el balance es claramente positivo y si no analicemos como era la España del 82 y como era la España de 1996 cuando el PSOE perdió las elecciones. Aquellos gobiernos socialistas hicieron dar a nuestro país pasos de gigante hasta homologarse con el resto de los países europeos.
 

Cuesta ver a José Luis Rodríguez Zapatero y a Pedro Sánchez como herederos de aquel partido.

Un triste aniversario

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