Más revoltijo que suma

Supongo que al final llegarán a algún apaño para ir a las elecciones, aunque lo cierto y verdad es que Yolanda Díaz lo que quiere es quedarse con la sigla y tirar al cubo de la basura a quienes hasta ayer eran sus compañeros de escaño y de gobierno, le dieron vara de mando y ahora está tratando como a apestados.
 

La antaño pareja alfa, derrotada, debe ser expulsada de la manada y alejada a mordiscos del territorio. La nueva loba dominante exige total sumisión, con rabo entre las piernas, como se ha apresurado a hacer el mayor pánfilo y lamebotas, Alberto Garzón, a todos quienes aspiren a seguir teniendo acceso al pastel si es que queda pastel, pero en cualquier caso alguna sobra siempre habrá. Ellos serán perdonados pero solo si colaboran en la tarea de arrojar a las tinieblas exteriores a Iglesias y Montero. A Belarra, a lo mejor hasta le dan un rincón al sol.
 

No se trata de Sumar, sino de engullir y el resultante más que suma es revoltijo. Dicen que serán quince siglas fundidas y pocas me parecen, pero lo que se está viento es que el caldero cada vez se parece mas al de un akelarre y que el paso final es cortarle la cabeza al gallo y que la gran hechicera lo eche dentro para ponerse a repartir el caldo.
 

En eso están. La duda es si los destinados al sacrificio se van a dejar someter a la definitiva humillación o van a presentar batalla y morir matando. Porque, eso sí, lo pueden hacer e incluso intentar sobrevivir aunque se queden reducidos a la mínima expresión. Con una baza, siguen teniendo la sigla, la que se presentó a las elecciones, sacó diputados y tiene por tanto derechos adquiridos. Por ejemplo para espacios en televisión. No es cosa menor. Asi que no descarten que Yolanda pueda incluso ceder y poner a Irene Montero en la lista.
 

Pero sea lo que fuere lo que está sucediendo y por donde ha olido sangre Sánchez, aunque sea para minimizar su derrota, es por ahí. Es entre esos votantes donde puede pescar. Aunque hay algunos, me parece que buenos puñados de ellos, los irreductibles y más morados que nunca, que haya o no enjuague, a la Díaz no la van a votar y a Pedro menos aún. Consideran todo lo acaecido una verdadera traición y a ella una trepa de la peor condición. Y lo cierto es que desde su punto de vista no les falta razón.
 

Mas allá de todo ello y fuera cual sea la conclusión que se concrete el jueves y en que haya pacto y vayan juntos o no, el espectáculo montado ha hecho decaer las infladas perspectivas que se pregonaron sobre la nueva lideresa de la ultraizquierda, por mucho que se vista de blanco y por mucho que el espectáculo que están dando se quiera pasado mañana olvidar. Lo dicho, que más que unidad es revoltijo y mas que suma, es un mermar.

Más revoltijo que suma

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