“O poder da palabra”

Tomo prestado el título para este comentario de la exposición abierta en diciembre en el Parlamento de Galicia para celebrar su cuarenta cumpleaños. La muestra, que tiene como comisario al profesor Villares, es como un epítome del devenir de Galicia y en 24 paneles condensa la historia de la primera institución de la autonomía, las sucesivas legislaturas y la actividad legislativa desarrollada en las cuatro décadas. Enriquecen los textos una profusión de imágenes de los diputados más representativos y activos entre los más de 500 que ocuparon escaños.

La Cámara celebró una sesión solemne conmemorativa y las intervenciones de los presidentes del Parlamento, del Gobierno gallego y de los tres portavoces de los tres grupos parlamentarios fueron un modelo de “parlamento” en un acto institucional, una exhibición de “o poder da palabra” en esta “illa de estabilidade e corrección”, como definió el presidente a la Institución.

Allí, a lo largo de estos años los diputados defendieron ardorosamente sus posiciones, dialogaron, discreparon con firmeza y alcanzaron acuerdos en asuntos importantes para el país, siempre en un ambiente de serenidad y concordia, con lealtad institucional y con la responsabilidad de quienes ostentan la alta representación del pueblo gallego.

Esta exposición y la sesión solemne del Parlamento complementan la muestra “Unha Galicia mellor: cuarenta anos do Estatuto de Autonomía” que acogió el Museo do Pobo Galego en la primavera pasada en la que numerosos paneles explicaban los cambios y avances que experimentó Galicia en todos estos años de vigencia del Estatuto y del autogobierno, que contó con un Parlamento atento siempre a “parlamentar” sobre las necesidades de los gallegos, que son su razón de ser.

Cuatro décadas de autogobierno y de parlamentarismo sereno y sosegado son un orgullo para Galicia y los gallegos. Representa el modelo a seguir para otros parlamentos, sobre todo para el Congreso que debería ser el punto de encuentro de todos los partidos que dicen defender los intereses de España, pero los diputados chapotean “espetados” en el fango de la crispación y, a veces, de la falta de educación. Deberían copiar los modos y formas del parlamentarismo galaico.

Pero más importante que nos copien los otros es que la Institución y la actividad parlamentaria sean conocidas por los escolares gallegos. Por eso, pleno acierto del Parlamento promoviendo en varios centros de Galicia una actividad para que los estudiantes reflexionen sobre la importancia de la palabra y del diálogo como bases de la convivencia, de la solidaridad y de los valores democráticos”. Ellos, los escolares, son los dirigentes de la sociedad del mañana.

“O poder da palabra”

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