Que nos dejen en paz

Resulta que el inefable vicepresidente del gobierno de Castilla y León, Juan García-Gallardo, de VOX, ha decidido que, para convencer a las mujeres que no deben de abortar, nada mejor que hacerlas escuchar los latidos del corazón del feto. ¿Qué ha hecho el PP? Pues ponerse de perfil. Es cosa del gobierno castellano-leonés han dicho desde Génova. Y ¿Qué dice el PP de Castilla-León? Pues ha venido poniendo matices a la petición del tal Juan García-Gallardo en un intento de no dar por buena totalmente la petición de su socio de gobierno pero sin tampoco negarse del todo y eso que portavoces de distintas organizaciones médicas han dejado claro que sería una irresponsabilidad y que pondría en juego la salud de las mujeres. De paso el presidente de Castilla León se ha descolgado con unas declaraciones en las que dice que Pedro Sánchez quiere sacar réditos de esta polémica. Elemental, claro, lo mismo que el PP saca réditos de todas las meteduras de pata de Sánchez y los suyos.
 

Lo cierto es que el pacto del PP con Vox en Castilla y León está resultando un fiasco para los populares por más que el presidente de esta comunidad, Alfonso Fernández Mañueco, en vez de coger el toro por los cuernos eche balones fuera cada vez que sus socios organizan alguna de las suyas. Y el tal Juan García-Gallardo es una rémora.
 

Me he cansado de escribir que Pedro Sánchez es capaz de aliarse con el diablo con tal de permanecer en el poder, pero lo mismo se puede decir de otros gobernantes, en este caso de los actuales dirigentes del PP. Y sinceramente no comprendo la actitud pasiva del nuevo líder del PP, Alberto Nuñez Feijóo al que parece que le ha costado hacer valer su autoridad para que el presidente de Castilla -León no siga adelante con el disparate que se le ha ocurrido al tal Juan García Gallardo. Lo sorprendente es que un tipo como este tenga un puesto de responsabilidad. En fin... Pero volviendo a Nuñez Feijóo, quienes le conocen alaban su prudencia y ponderación, pero un líder además de ser prudente debe tener un proyecto claro y valentía suficiente para definir una acción política. Y este es un asunto en el que no caben ambigüedades.
 

En cuanto al presidente de Castilla y León bien podría optar por dejar de ser un rehén de VOX, convocando elecciones y pedir a los ciudadanos que le voten en número suficiente para no tener que depender de los de Abascal. Sí, ya sé que es una jugada arriesgada, pero más se está arriesgando el PP en ofrecer una imagen a toda España de ser un partido pusilánime ante las peticiones de VOX.
 

Lo cierto es que estos últimos años las mujeres estamos sufriendo ataques desde la derecha y la izquierda. Por una parte, nuestro gobierno de la nación, tan de izquierdas que dicen que son, ha elaborado leyes en que directamente nos suprime, ya no hay mujeres sino seres menstruantes, gestantes y cosas parecidas. Sin olvidar que han elaborado una ley, la llamada del “si es si” cuya consecuencia más evidente es que los delincuentes sexuales ven como sus penas son reducidas. Y no, no rectifican. Incluso la Secretaria de Estado, a la que la conocen por Pam, se ha permitido reírse públicamente del asunto. Así que ni el PSOE ni sus socios podemitas están para dar lecciones a nadie.

Que nos dejen en paz

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