Nito Pereiro-Oliveira, en Arga

La galería Arga ofrece la muestra  “verdades y quimeras” de Nito Pereiro- Oliveira ( O Porriño, Pontevedra, 1952), formado en la Escuela de Artes y Oficios de Santiago y en los talleres de Manuel Luca de Tena y Joaquín Sánchez Cristóbal, en Madrid; es miembro de Andante y preside la  Asociación “Por Arte” que enseña a pintar a niños con discapacidades. En esta ocasión ofrece una galería de personajes singulares, a través de los cuales trata de ahondar en aspectos de la condición humana. Por ello, estas obras, aunque podrían ser calificadas como retratos, sobrepasan el género, pues van más allá de la apariencia tratando de desvelar los entresijos ocultos de la personalidad, por medio de gestos o detalles reveladores y también por la forma de tratar la figura humana, en la que mezcla el hiperrealismo con trazos expresionistas e incluso  informalistas o del tachismo; por medio de un variado y rico cromatismo y juegos de contraste. La obra “La duda” nos sitúa, ya de entrada, ante la cuestión ontológica por medio de un hombre mayor de blanca barba y apariencia ensimismada que  se yergue en un espacio plano y gris y frunce el ceño, en gesto de interrogación; su seriedad contrasta con la camiseta juvenil que viste. “Intento mirarte” representa a un joven de voluminoso pelo erizado  que tapa su cara y su ojo derecho con la mano tratando de ver sólo con el izquierdo, lo que sin duda lleva a pensar que la mirada puede estar viciada.”El pecado fluido” ofrece una visión simbólica de la lujuria, por medio de una hermosa joven que sostiene en su mano  la manzana de Eva, en un escenario de espesa fronda, recorrido por un imparable fluido  verde esmeralda. En “Martín en su taller” hace una clara referencia al oficio, por medio de un joven pintor que, con su mano en la boca, parece contemplar de perfil con gesto pensativo la obra que está haciendo . De sufrimiento interno y de ansia de ser otro habla  el personaje de “Mea culpa”, que se tapa los ojos horrorizado, mientras sobre su camiseta se dibuja la sangre con forma de corazón. De la ceguera de los impulsos que llevan a engallarse habla “El gallo ciego”. Por contra, “El tercer ojo” ofrece la imagen de un sereno pensador de aire inquebrantable en cuya  frente lleva el simbólico sello de quien ha alcanzado la visión interior:. Totalmente expresionista es “El muchacho de los labios rojos”,  que emerge desnudo de un revuelto magma terroso como expresando una titánica lucha con su condición terrestre. También terrosa es la figura de “El muchacho persa” que aparece junto a un fragmento de “The Persian Boy” de Mary Renault. El rostro vulgar y desafiante de “Lobo de ciudad”, erguido con  soberbia, refleja los complejos de alguien pobre en valores. En cambio, “The Influencer” representa la maquillada efigie de alguien engolado y seguro de su influjo sobre los demás.”La estrategia de la araña”, “Elisa en la cárcel blanca” o “La vida por delante” abundan en el intento de desvelar nuestras máscaras y disfraces, para aproximarse a la verdad, como anuncia el título de la muestra.

Nito Pereiro-Oliveira, en Arga

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