Jorge Agra, en la galería La Marina

La galería La Marina ofrece una muestra de acrílicos del arquitecto y pintor Jorge Agra ( Vilagarcía de Arousa,1954), cuya pasión por el arte se remonta a sus años de estudiante en Madrid, donde toma contacto con la movida universitaria de los años 70 y 80; colabora en  murales con Berride y A, Patiño y en publicaciones de “Rompente” con Antón Patiño y Menchu Lamas. La obra que actualmente presenta puede encuadrarse dentro de una estética cercana al pop art, en el que los triviales objetos de consumo y los anuncios publicitarios sustituyeron a los grandes temas de la pintura clásica. Jorge Agra hace un recorrido por ciertos iconos y personajes de nuestra historia reciente, como el Dúo Dinámico. la reina de Inglaterra, el rey Juan Carlos,. Rosi de Palma,  los reyes belgas Balduino y Fabiola o Javier Gurruchaga, estableciendo un irónico contrapunto entre el glamur  o grandilocuencia que suelen acompañar a tales figuras, con la banalidad  y simpleza de las iconografías del cartel o con las humildes cosas del mercado. Así, en “LA  LA.. La pesca”, contrapone  la famosa imagen de Masiel, cantando  la exitosa canción que le valió el premio de Eurovisión, a un stand  de pesca de la plaza, de manera que parece que ella esté vociferando su venta. En “Cordero pascual” la simbólica imagen cristiana aparece trastocada en la oveja de Norit, cuya blanca y sencilla figura se opone a una fila de negros encapuchados de las procesiones de Semana Santa. En “The Qeen”, la reina Isabel de Inglaterra se ha convertido en una simple planchadora con los atavíos de una doncella. “El discurso del rey” presenta al rey Juan Carlos rodeado de anuncios de Repsol, Coca cola, cerveza Mahon,  Visa, Siemens, BBVA, Audi, etc, lo que lleva a pensar en  la relación que hay entre monarquía democrática y capitalismo. En “Osborne”, el famoso toro negro se opone a Cary Grand corriendo en “Con la muerte en los talones”. Aunque predomina esa  retranca tan característica del humor  gallego, se siente latir también la expresión de lo dramático, a veces disfrazado de heroico, como en el salto de valla del atleta de “La frontera” que simboliza la hazaña de quienes deben superar obstáculos insalvables; la alusión a la violencia adiestrada queda reflejada en “El perro” que lleva en su boca una enorme navaja y se sitúa sobre el muerto caído del Guernica. Sirviéndose de imágenes nítidas que resaltan sobre lisos fondos, propone un viaje por el espíritu de nuestra época y sus contradicciones, a la vez que retrata aspectos de la condición humana, la vanidad entre otros, como en “Productos cárnicos” donde opone ocho mises coronadas al despiece de un cerdo. Gran y multifacético dibujante,  ofrece un juego de irónicas antítesis en las que equipara lo trivial de la subcultura de masas con lo noble, atreviéndose incluso a poner  una bolsa de agua caliente bajo la mano de “El caballero de la mano en el pecho” de El Greco”. Con una visión, a la vez lúdica y crítica, deja abierta una ventana hacia las ambigüedades y esquinadas lecturas de lo real.