J.M Rey en Ferrol

Ferrol merece una oportunidad. Muchos años de gobiernos Frankenstein han lastrado a la ciudad departamental hasta lo inimaginable, de aquel Ferrol vivo y pujante donde convivían marinos y astilleros, comercios y profesionales al Ferrol de hoy no hay comparación posible. Hoy se puede comprar allí un piso por el precio de una plaza de garaje y algún edificio por los mismos dineritos que cuesta un coche. Eso significa la pobreza patrimonial que sufre la ciudad que no tiene un proyecto de futuro que ilusione a los ferrolanos para empujar a su ciudad a reinventarse y ponerse en valor. Una ciudad sin proyectos es una ciudad acabada. Los últimos gobiernos municipales se han caracterizado por sus políticas sectarias que se miraban al ombligo partidista en lugar de orientar políticas de recuperación de la ciudad. La inestabilidad no es un atractivo que anime a inversores porque desde la inseguridad jurídica no se alumbran grandes proyectos, todo lo contrario, los inversores huyen hacia ciudades que les ofrezcan garantías y les generen confianza y esto, en Ferrol, no se da en los últimos años. Cualquier ciudad necesita un líder que se identifique con sus ciudadanos, que sepa traducir las ansias de futuro en ideas realizables y que haga protagonistas a sus vecinos para comprometerlos con los proyectos, solo así, desde la unidad, Ferrol podrá volver a revivir sus mejores tiempos. Fue Carlos III, reconocido como “el Rey político” el que concedió el título de ciudad departamental, consolidándola entonces como una ciudad naval por excelencia. Hoy Ferrol necesita a otro Rey político que le devuelva la ilusión y el orgullo que sus vecinos demandan y necesitan. Los jóvenes ferrolanos estudian mientras piensan a donde deben irse en busca de futuro, ese mismo que una ciudad pierde cuando pierde a sus jóvenes. José Manuel Rey ha demostrado su compromiso con su ciudad renunciando a cargos importantes por su amor a la ciudad en la que nació, sabe que ahí nació y ahí quiere quedarse. No tiene el corazón partido, Ferrol es su norte y allí quiere quedarse para contribuir a reanimarlo tras un letargo demasiado prolongado que ha apagado ilusiones y destrozado futuros. No lo tiene fácil porque recoge pedazos, desde los funcionarios que han trabajado con abnegación, pero sin una hoja de ruta y a los que debe devolver el ánimo y el calor que necesitan para retomar juntos la tarea de reavivar su ciudad. Claro que Ferrol necesita plazas de aparcamiento para atraer al centro a visitantes o un campus universitario que pudiera realizarse en Sánchez Aguilera o agilizar las comunicaciones entre la ciudad y Coruña o Santiago o abandonar la realidad de una ciudad que se ha convertido en una ciudad dormitorio o aprovechar la remodelación del mercado de abastos parta darle vida con hostelería o rehabilitar el casco antiguo, incluso poner en valor los dos castillos como indudable atractivo turístico, o muchas cosas más sin duda. Pero todo pasa por que Ferrol recupere su autoestima y se reconozca fuerza propia suficiente para acometer estos y otros proyectos, pero todo eso necesita que el alcalde sea un líder creíble y reconocido por sus convecinos. Rey tiene al apoyo indubitable de otro ferrolano, Diego Calvo, vicepresidente de la Xunta y comprometido con su terruño. Ferrol merece una oportunidad y no puede esperar más.

J.M Rey en Ferrol

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