La decisión de Feijóo

Ha bastado que cuajara el nombre de Alberto Núñez Feijóo como futuro líder nacional del Partido Popular para que sonaran las primeras salvas y no precisamente de bienvenida por cuenta de algunas de las terminales del entramado mediático que acompaña al Gobierno de Pedro Sánchez.

Si, tras la celebración del congreso extraordinario, deja la presidencia de la Xunta de Galicia -refrendada por cuarta vez- y asume la nueva encomienda, su decisión solo podrá interpretarse como resultado de un elevado sentido de la responsabilidad.

Porque dejará atrás la navegación a velocidad de crucero de una presidencia regional sustentada en una mayoría parlamentaria para intentar llevar al PP a competir con el PSOE en una carrera electoral en la que la meta –en el mejor de los casos– sería alcanzar La Moncloa, enclave político en el que sus moradores tienen garantizado continua presión política, ambiental y mediática.

En ese escenario de futuribles, el observador siente curiosidad por el factor humano. ¿Qué lleva a un hombre en la circunstancia vital de Núñez Feijóo –tiene 61 años y la vida hecha– a meterse en semejante aventura? Dicho de manera más cruda: ¿qué le mueve a dar el paso hacia el avispero político que es Madrid?

En su caso, además, con la expectativa de tener varios frentes abiertos. Los derivados de la situación política por la que atraviesa España –con una situación económica que se complica por la recesión y las circunstancias que puedan derivarse de la guerra en Ucrania– y los propios de la situación interna por la que atraviesa el Partido Popular. Un partido en el que llevará su tiempo cerrar heridas para revertir el desconcierto en el que está sumida la militancia tras el brusco descabezamiento de la dirección.

Pero el tiempo es un bien político escaso en fechas en las que el horizonte está ya señalado por nuevas citas electorales. Las elecciones andaluzas antes de fin de año y las municipales dentro de un año.

Tiempo escaso para relanzar proyectos y programas y, en el mejor de los casos, recuperar la delantera que los sondeos otorgaban al Partido Popular respecto del PSOE hace solo un par de meses. Ahora los socialistas les superan en siete u ocho puntos. Tarea de titanes la que aguarda a Alberto Núñez Feijóo tras su decisión.


La decisión de Feijóo

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