Claro que hay que reflexionar

Porque prácticamente nada en esta campaña fue ni medio normal. El voto pertenece a cada ciudadano, salvo cuando se vende, y esa es la verdadera fuerza de la ciudadanía en democracia. Tal es el poder de un voto que solo su ejercicio en normalidad puede acabar con las “desfeitas” que hemos vivido estos días. Empezó mal la cosa con la presencia de asesinos de ETA en listas electorales ante las que los ciudadanos reaccionaron con rapidez para rechazar de plano la negra sombra de la banda terrorista que oscurece de nuevo nuestra democracia. Es una situación anómala y repudiable pero que indigna cuando, quien incluye en sus listas a los asesinos, han sido designados como “socios preferentes” del gobierno de España. El Psoe, que guardó un silencio vergonzante en un primer momento, intentó blanquear a Bildu para prepararse el futuro próximo en Euskadi y en Navarra donde se prevé, si el voto ciudadano no lo impide, que los socialistas unirán sus votos a los herederos de ETA para facilitar gobiernos independentistas en ambas comunidades. Lo más lejos que llegaron los socialistas fue a decir que “esas listas no nos gustan” y tema zanjado. No señores y señoras socialistas, no es una cuestión de gustos es una cuestión de honor y limpieza democrática, de salubridad de nuestro sistema, de nuestra constitución y de nuestra convivencia. Conozco socialistas, votantes y militantes, que muestran en privado su repulsión a los acuerdos con Bildu de su propio partido, no lo entienden, no lo comprenden y no lo aceptan. Desde el Psoe se mantiene la idea de que es posible blanquear el entorno etarra para justificar pactos, llegan a sugerir que los terroristas ya han cumplido sus penas y que es bueno que participen en las instituciones. Es como si tuviéramos que dar las gracias a los terroristas por no matarnos. Un asesino será siempre un asesino, con penas cumplidas o no y no debemos olvidar que los muertos de ETA cumplirán condena eterna en los cementerios de toda España. ETA ya no mata, pero está viva y sus objetivos políticos están presentes en cada movimiento de Bildu que, cada día, obtiene réditos de la mano del gobierno de Sánchez. Con este “aperitivo” entramos en campaña para descubrir las diversas tramas de compras de votos que cada día nos sorprenden en distintos puntos de nuestro país. Todas ellas tienen un denominador común, la presencia de cargos socialistas e incluso de candidatos en estas elecciones que han pagado dinero a cambio de votos por correo, un delito gravísimo en cualquier democracia sana. Y cuando ya el cabreo ciudadano parecía colmar paciencias nos sorprende un juez al denunciar la presunta participación del número dos del Psoe de Andalucía en el secuestro de una concejala. Esta retahíla de hechos debería incapacitar a cualquier partido para participar del sistema democrático. Claro que hay que reflexionar y hoy es un buen día para ello, ¿consentimos estas prácticas y las votamos o las censuramos con nuestro voto? Ustedes verán, yo lo tengo claro, mi voto no servirá para blanquear nada de lo aquí expuesto. A partir de aquí ¡opa Ferrol y forza depor!

Claro que hay que reflexionar

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